Lo que parecía un año ya movido por el tema del acosador de Miércoles, se verá también afectado por la llegada del hijo de nada menos que Laurel Gates. Tn Gates tendrá que lidiar con todos los problemas que ha causado su madre y quitarse la fama de...
El día tan esperado por todos los alumnos de Nevermore había llegado, Enid y Miércoles presentaban emociones completamente diferentes. Mientras que la pelinegra se encontraba terminando de colocar unas cosas, su compañera estaba nerviosa. La rubia quería volver a salir victoriosa de la competición.
—¡Estoy con tantas ganas de luchar por el trofeo!—exclamó muy emocionada la loba—¿tú no roomie?.
—Solo me interesa derrotar a Bianca, ya lo sabes—respondió antes de ajustarse la ropa—en marcha, tenemos que ir a cambiarnos y ponernos ese estúpido disfraz.
Fueron a la carpa correspondiente, pero Miércoles se percató de que su compañera estaba muy nerviosa, mostraba torpeza, demasiada incluso para alguien como ella. Salió de la carpa y encontró a pocos metros a Tn charlando con Xavier quien no participaría ese año.
—Tn—llamó la pelinegra.
—Hola—saludó éste—te ves genial.
—Ahórrate tus halagos, te necesito—dijo ella—ven conmigo.
Xavier se sorprendió un poco, aunque no tanto como la pelinegra. Al estar a solas, le preguntó que necesitaba de él.
—Enid está muy nerviosa y torpe, va a hacer que perdamos y no deseo probar la derrota. Y mucho menos contra Bianca, así que entra y haz algo—dijo cruzada de brazos.
—¿Qué quieres que haga yo?—preguntó él—Enid está nerviosa, es normal que...que...—la mirada fría de la joven le asustó.
—Entra y haz lo que sea, la competición empieza en quince minutos. Abrázala, bésala...como si quieres tener relaciones con ella, pero haz que deje de ser así de torpe o la ahogaré.
Tn suspiró, no le quedaba otra que ayudar a su chica a templar los nervios. Entró en la carpa donde vio a Enid quien estaba ya cambiada y maquillada, aunque, como decía Miércoles, estaba muy nerviosa, le temblaban las manos, incluso las uñas se alargaban y encogían por ello.
—Enid—ella volteó.
—¿Qué haces aquí cachorrito?—se acercó a él—yo...
—Estás nerviosa—ella asintió.
—No quiero cometer un error y que...perdamos—agachó la mirada—tenemos el bote, las armas...pero tengo miedo.
—Eh, es una competición. Pero...te animaré—ella esbozó una sonrisa antes de recibir un beso por parte de su chico quien lo hizo con lengua, siendo un poco apasionado antes de llevar la mano al trasero de ella y apretarlo suavemente.
—¿A qué debo esto?—preguntó con algo de calor.
—Para calmar tus nervios gatita—respondió él de manera cariñosa—si ganas...—se aseguró de que no entraba nadie—si ganas...haré...ya sabes...lo que me pidas en...cuando estemos a solas.
Enid abrió los ojos mucho.
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