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— ¿Qué hay? —consultó Kook al aire, cuando vió que sus compañeros se encontraban sentados en el sofá de la sala, observando una serie de anime por el televisor.

— Estamos compartiendo tiempo de calidad —respondió Jimin mientras se metía unas palomitas a su boca—. ¿Quieres?

— No, gracias —el pelinegro miró el perchero que estaba al lado de la puerta principal—. Saldré... Cualquier cosa que necesiten. Me llaman.

Asintieron ambos, Lisa solo aguardó silencio.

La ciudad había tenido un golpe de baja temperatura en cuestión de veinticuatro horas, Jungkook se había olvidado de la alergia que le producía esos cambios repentinos, es por eso, que se encontraba caminando hacia la farmacia en busca de alguna monodroga o antialérgico que le ayudase para la misma alergia que hacía hace horas atrás le empezó a molestar en la nariz.

Hoy, no había asistido a la universidad porque se sentía mal, el cambio de clima y el extrañar a sus padres se le estaba haciendo pesado, aún que aún más la segunda idea. Había recibido llamadas durante este tiempo que llevaba ya conviviendo con ese par de jóvenes que le ponían el departamento de cabeza, sin embargo, no era lo mismo que tener a sus padres consigo.

Aún así, intentaba sobrellevarla bien. Porque después de todo, esa era la vida de un adulto.

— Hola, Jeon —Wonyoung, su amiga que estudiaba auxiliar de farmacia, se encontraba detrás del mostrador.

— Hola —le sonrió el pelinegro, haciendo una reverencia—. ¿Te recibiste?

— Oh, no —rió apenada—. Estoy en mi último mes y ya son las últimas prácticas.

— Eso es genial —Jungkook le sonrió feliz—. Me alegro mucho por tí.

— Gracias. —agradeció aún sonriente. Luego, rebuscó algo en su bolso—. ¿Que es lo que se te ofrece?

Jungkook se le quedó mirando unos segundos, no habría notado ese cambio en ella si no hubiese movido sido por el movimiento que realizó dejándole a simple vista su oreja izquierda.

Se hizo piercings.

— Eh, si. Busco un antialérgico.

— ¿Con medicamento? ¿O solo buscas algo que te ayude a secar?

Jungkook se quedó mirándola un segundo más, hasta que lo notó y ella le sonrió. Antes de que el pelinegro respondiera, la chica sacó de su bolso lo que tanto había batallado en encontrar debido a que no despegaba la mirada del chico.

— Quiero algo con medicamento. —soltó, mientras miraba la mano de la muchacha.

— Lo vi y pensé en vos —soltó al fin, mientras dejaba la pulsera tejida a mano, sobre la palma de la mano izquierda de kook—. Ya te traigo lo que me pediste.

Jungkook observó el detalle con el corazón latiendole a mil, no había experimentado un sentimiento más allá de amistoso por Wonyoung, si le parecía linda, una chica muy bella que quizás más adelante podría considerar la idea de pedirle una oportunidad, sin embargo, en ocasiones como esas, no lo había pensado y no sabía cómo reaccionar, pese que no la tenía aún delante suyo, pero sonrió como si fuera que alguien podría juzgarlo.

La pulsera estaba linda, era de color negra, con detalles rojos, Jungkook recordaba haberle comentado a su amiga que sus colores favoritos eran los mismos que llevaban justamente esta pulsera. Se lo había comentado el verano pasado, para las fechas del cumpleaños de Kook.

— Aquí —Wonyoung lo llamó por tercera vez, llamando la atención del pelinegro—. ¿Estas bien?

— Oh, lo siento —Kook le sonrió apenado—. Gracias por esto —miró el detalle, luego, volvió a sonreír—. Me gusta.

Wonyoung pareció haber recibido el mejor halago, porque las mejillas se le pusieron rojas.

— No hay de qué.

Le explicó cómo tomar sus pastillas, cosa que Kook ya sabía pero por educación, no quiso frenarla y solo la escuchó. Pagó, agradeció nuevamente por el regalo y luego se dirigió a su casa. Camino al hogar, compró algunas verduras para cocinar, ya habían realizado las compras del mes, pero Jungkook amaba tanto comprar cosas para la casa aún que fuera prestada, le gustaba mucho que le sobrará en vez de faltarle, aparte de ello; había notado que Lisa se levantaba en la madrugada a cocinarse algo porque estudiaba hasta tarde, así que esas verduras le servirían mucho.

Cuando llegó a la casa, Lisa se encontraba acomodando la sala, la cual estaba algo desordenada porque decidieron abrir el sofá cama y habían frazadas y almohadas en él.

— Ey —Lisa le sonrió amable—. Llegaste.

— Uhum —Kook asintió con la cabeza, dejando la bolsa sobre la mesita ratonera, dentro de ella, venía la pulsera.

— ¿Te sientes mal? —preguntó Lisa al ver que la bolsa tenía el logo de la farmacia.

— Alergia —respondió el pelinegro mientras caminaba en busca de un vaso con agua—. Soy alérgico al cambio de clima, por cierto, ¿Y Jimin?

— Fue a comprar para comer.

— Pero anoche hicimos las compras del mes...

— Me dijo que quiere comprar algo hecho, que no tiene ganas de cocinar —la rubia alzó los hombros.

Kook asintió guardando silencio. Se acomodó contra la aislera con su vaso con agua y se cuestionó si sería correcto preguntar o no.

Pero la curiosidad le ganaba.

— Lisa —la chica lo miró bien fue nombrada—. ¿Puedo hacerte una pregunta?

La rubia asintió.

— ¿Te gusta Jimin?

Aguardaron silencio por unos segundos, hasta que Lisa soltó una carcajada bastante contagiosa, que dejó a Jungkook riéndose por unos minutos.

— Oye, está bien que nos llevemos bien, pero él no me gusta —le sonrió y habló en tono amable—. A mi me gusta Zayn.

— ¿El que cantaba en One Direction?

— El mismo. —se quedó en silencio hasta que captó la pregunta de kook—. ¿Lo conoces?

— Si, me gusta esa banda y la música que tiene él. También como la de Harry.

Lisa sonrió entusiasmada.

— Me alegra saber que no soy la única que escucha a los chicos que se separaron.

— A Jimin también le gusta.

Lisa saltó emocionada.

— ¡Es por eso que los quiero tanto! —chilló, mientras corría hacia su habitación, a los minutos apareció con un parlante pequeño—. Escuchemos.

Jungkook se rió.

— Yo creo que se van a enojar si escuchamos música a las... —miró el reloj que estaba colgado en la pared—... Once de la noche.

— Pero solo será una —casi que susurra—. No le cuentes a nadie.

Jungkook volvió a sonreír.

Y fue ahí cuando se dió cuenta que Lisa después de todo no sería una mala compañía.

Al contrario.

Le agradaba.

Roomie | lalisa ;; jjkkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora