3:00 am. (l.s)

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son las 3:00 am y louis ha comenzado a llorar.

esta vez su llanto no estaba acompañado de hipidos, pero si había un rastro de rareza en su conducta.

las lágrimas le brotaban como en mares y de vez en cuando se sorbía la nariz, pero mantenía una postura firme sentado en la orilla de la cama. incluso tenía la mirada perdida en algún punto incierto de la habitación.

permanecí recostado, simplemente observando cada pequeña acción que podría pasar por desapercibida, hasta que se levantó de sorpresa y tomó las llaves del auto y de la casa consigo, saliendo de la habitación y después de la casa.

no tenía la remota idea de a dónde planeaba dirigirse pero intenté pararlo gritando su nombre y persiguiéndolo hasta llegar a la puerta principal. pero era tarde: louis había subido al auto y había arrancado.

lo primero que me vino al cuerpo fue el sentimiento de miedo. no me agrada estar solo. no me agradaba que louis me dejara.

no podía estar sin louis.

quize echarme a llorar ahí mismo pero decidí subir a la habitación nuevamente y esperarlo despierto.

ni siquiera sabía en dónde se encontraba en este momento, pero rezaba porque no fuera a cometer una estupidez.

pasé horas así: sentado en el borde de la cama y esperándolo, con el reloj a mi lado poniéndome nervioso cada vez que los minutos pasaban. era una tortura realmente.

hasta que apareció.

eran las 6:00 am cuando él atravesó la puerta de nuestra habitación, con los ojos rojos y llorosos, el cabello despeinado, el cuerpo temblándole y un fuerte olor a alcohol.

entré en pánico.

¡pudo haber tenido un accidente automovilístico en ese estado!

¿y acaso habían manchas moradas y rojizas en su cuello?

no me importó. corrí a abrazarlo con todas mis fuerzas, como si quisiera protegerlo del mal del mundo. pero él no me correspondió el abrazo, ni siquiera se movió unos centímetros o recargo su cabeza en mi pecho como solía hacerlo. sólo caminó directo a la cama y volvió a acostarse, como si nada hubiera pasado.

y supongo que yo tuve que hacer lo mismo.

acostarme a su lado como si nada hubiera pasado.