CAPÍTULO 1: PARALIRIMA.

10 4 0
                                    

Megas responde. —Lo sé Vesta, pero no sueles responder las invitaciones.—

Vesta mira a Megas a los ojos con un rostro serio. —Porque no quiero que nadie venga, ¿qué haces aquí?—

—Un nuevo recluta, lo sacamos de uno de los laboratorios de los brillantes.— Responde Megas.

—¿De cual?— Pregunta Vesta.

Megas responde. —Gaia.—

Me sorprendo al darme cuenta que habían más cárceles como esa. —¿Hay más manicomios así?— Pregunto.

—Sí.— Me responde Megas.

—¿Gaia?— Los ojos de Vesta se abrieron sorprendidos, acercándose hacia mí lentamente.

—Hefesto, ese nombre ¿lo conoces? — Pregunta con seriedad observando mis ojos de manera fría pero a la vez imponente.

—¿Hefesto? ¿el que controla el fuego? Está bien, me dijo que debo acostumbrarme al olor a muerto y es uno de los más fuertes de ese manicomio.— Cuando dije eso los ojos de Vesta se abrieron.

Observa hacia otro lado sonriendo. —No lo puedo creer, está vivo.— Dice mientras una lágrima cae de su ojo derecho.

Vesta limpia y cambia su rostro rápidamente a uno serio y frío. —Megas.— Dice.

—¿Si?— Responde Megas.

—Necesito que vayas a Oikos y me dejes un rato con Aquiles, debo hablar con él.— Dice mientras camina nuevamente hacia la base del enorme árbol del cual descendió.

"Ya mi nombre es de dominio público al parecer, hasta los extraños me conocen." Digo en mi mente al darme cuenta que Vesta sabe mi nombre.

—Está bien, confío en que no pasará nada malo.— Responde Megas.

—¿Cómo lo sabes? Este ambiente es tóxico, puede matarme incluso sin querer, si me quito el traje muero.— Le digo a Megas con voz baja.

Megas ríe respondiendo. —Porque puedo ver el futuro, a parte creo en Vesta, no ganará nada matandote solo quiere hablar contigo y quizás conocerte un poco más, ese tal Hefesto debe de ser muy importante para ella.—

—Buen punto.— Digo.

—Pero Megas, tiene un ejército de osos y un montón de animales, a parte lo que dijo Fidias no me gustó en lo absoluto.— Digo asustado.

Megas me observa para luego mirar a Vesta diciéndole. —Aquiles se quedará y me iré de nuevo a la isla, confio en ti.—

—¿¡QUÉ!? ¿¡ESTÁS DEMENTE!?— Digo susurrando pero con fervor expresando mi temor al quedarme en dicho bosque.

Vesta sonríe extendiendo su mano hacia mí desde aquel enorme árbol. —Ven.— Es lo que dice mientras su brazo y mano se encuentran extendidos hacia mi recibiéndome.

Camino hasta donde está Vesta, al momento de llegar al árbol Megas me sorprende colocando su mano encima de mi hombro para decirme. —Todo estará bien, cree en mí.—

En ese momento noto con más vehemencia algo muy peculiar de él, nunca te ve a los ojos cuando te habla, su mirada parece que se pierde pero permanece rígida en un punto, como si él no viera. "¿Megas será ciego?" Cuestiono en mi mente.

—Está bien.— Es lo que digo.

Sigo caminando, los osos eran atemorizantes y estaban en estado de alerta cada vez que yo daba un paso rugían cerca de mí, al llegar con Vesta tomo su mano mientras ella observaba como Megas se teletransporta de nuevo a la Isla.

The Brilliant's.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora