Einunddreißig

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Estaba frente a Peter Jackson el wedding planner que Tom quiso que organizará nuestra boda, según por su historial era el mejor de Berlín, pero yo lo veía como un tipo normal, muy atractivo no podía negar eso, pero que no despertaba nada en mi solamente fastidio por la forma en que miraba a mi prometido.

La única razón por la continuaba aquí en la oficina de Tom es porque se había comprometido a prepararla rápidamente por qué el tiempo amenazaba en nuestra contra.

-creo que es mejor flores rojas y violetas con globos dorados- expresó con su bonita sonrisa hacia Tom.

-no, no me gusta el dorado- opiné porque desde que comenzaron a elegir, mi opinión no la tomaba en cuenta y no se dirigía a mí, sino exclusivamente a mi futuro esposo.

-¿tú que opinas Tom?- y hay va otra vez a dejarme fuera de la conversación.

-Bill, te dijo que no le gusta el dorado.

-pero es muy bonita la combinación.

Ja esa combinación era horrible y no dejaría que mi boda fuera una fiesta de Halloween.

-¿Qué dices nene?

-no la quiero- pronuncié desde el sofá donde me encontraba sentado.

Cuándo el estúpido iba a reñir de nuevo el teléfono de Tom, sonó, era su Simone, siempre me mostraba su remitente, contestó alejándose un poco de nosotros. Mientras que yo me levanté y caminé hacia donde él estaba sentado.

-¿cómo es tu nombre?- pregunté sentándome en el escritorio con total propiedad.

-Peter Jackson - respondió incómodo.

Cuando me lo proponía podía ser muy intimidante y ahora lo estaba haciendo.

-Podría Sr Jackson incluirme en la conversación y no dirigirse solamente a Tom, ya que la boda también es mía.

-no era mi intención.

-claro que lo era Sr. Jackson, pero seamos transparentes en esto, por más que le sonríes a mi prometido, no te verá más allá de ser un simple empleado que nos brinda un servicio.

-Bill... yo...

- tienes dos opciones, replanteas todo de nuevo y haces lo que yo quiero o hablo con mi prometido y contratamos otro wedding planner, debe de haber muchos esperando una oportunidad de estas.

-lo siento Bill.

-para ti soy señor Trümper.

-lo siento, señor Trümper.

-ya volví... disculpa Peter-

-señor Trümper hablando con su prometido me di cuenta de que tiene otros gustos, podría darme el día de hoy y hago otras opciones al estilo que a él le gusta.

-¿estás de acuerdo Nene?- me preguntó pasando su brazo por mi cintura.

-si mi amor, estoy de acuerdo con el Sr. Jackson.

-entonces me retiro, y a primera hora vengo con otras opciones, hasta luego señores Trümper.

-Hasta luego - pronunciamos a unísono Peter salió y yo solo me senté de nuevo en el sofá con la mirada de Tom en mí.

-y esa formalidad a lo último, ¿qué sucedió?-

-tuvimos una conversación transparente.

-¿Bill, que le dijiste?-

-fui bueno, lo juro-

-¿Aun con tus celos Nene?-

-no.

-vamos, no tienes por qué estarlo, estamos unidos siempre lo hemos estado.

-lo sé, pero ese señor no dejaba de coquetearte y sonreírte-

-soy tuyo.

-¿para siempre?

-para toda la vida.

Nos sonreímos y nos besamos como siempre lo hacemos, pero de nuevo su teléfono nos interrumpió, lo ojeó y se separó de mí para tomar su chaqueta, bolso y llaves, me tendió su mano y salimos de su oficina riéndonos encontrado a mi padre bajando del ascensor, no podía negar que me dolía no poder compartir mi felicidad con él, pero él decidió no apoyarnos, Tom dejó de reír y solo pasamos por su lado para subirnos al ascensor.

-Saki está abajo - me dijo en un intento de cambiar mi expresión de tristeza.

-¿a dónde vamos?- le pregunté

-a elegir los anillos.

-¿en serio?-

- claro nene, necesito que los escojas a tu gusto, todo va a hacer como tú lo quieras.

-¿puede ser en la playa? - le pregunté cuando esperaba que me abriera la puerta del auto.

-le diré a Peter- me dice subiendo al auto.

-yo le digo- tomo su mano y le doy beso.

-Bill-

-Seré bueno, solo hablaremos de los preparativos- me sonríe tímidamente y ordena a Saki arrancar el auto llegando muy rápido a la joyería que escogió, se baja primero y rodea el auto para abrir mi puerta y me da la mano para salir sin soltarme entramos al local, la vendedora muestra todos los anillos y elijo uno en tonos platas y verdes, la chica dice que son esmeraldas, pero como no sé mucho de piedras no le tomo importancia a lo que dijo por qué solo los escogí por ser hermosos.

-¿Decisión final?- me pregunta y yo asiento -bueno voy a pagar ya regreso - me da un beso en la mejilla y camina hacia la caja lo veo entretenido así que me dirijo mis ojos a donde están unas esclavas en oro con diamantes supongo que lo son por tener el mismo color verde, la chica se me acerca y le hablo en susurros ella entiende y se aleja hacia la caja se encuentra con Tom en el camino y veo cuando llega hasta mí.

-¿nos vamos?-

-sí... pero aquí cerca vi una heladería, podemos...

-lo que quieras Nene- me interrumpe y me cuelgo de su cuello para besarlo, me toma la mano y salimos.

Efectivamente, la heladería está a dos locales y antes de entrar hago mi escena.

-Tommy dejé mis gafas en el local, voy por ellas.

-¿te acompaño?-

-no amor pide los helados, a mí me pides de fresas- giré y llegué de nuevo al local, la chica me tendió la bolsita y mi tarjeta de crédito, le agradecí por el favor y salí de nuevo, no si antes guardar el obsequio.

Entre a la heladería de nuevo y me senté juntó a él a comer mi delicioso helado.

Tres cosas te pido TwcNrWhere stories live. Discover now