♦️Capítulo 33

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Se había quedado asombrado de sí mismo cuando tuvo la oportunidad de volver a entrar en la habitación de Jiyoon.  Era preciosa.

A pasos lentos la recorrió con el bebé en sus brazos,  parecía que era una necesidad suya de sentir el cálido cuerpecito de su bebé a su lado, le servía como recordatorio de que había vivido en una pesadilla y que finalmente había despertado, tenía una familia y que sí tenía una vida.

Además el olor a bebé de Jiyoon le transmitía calma. Debía admitirlo.

Observó con detenimiento cada cosa dentro de la habitación.  Una cuna de madera pintada de color blanco, bastante espaciosa para el bebé y arriba aquel gracioso móvil con figurias que había visto el primer día que entró a ese lugar.

A su lado había un mueble para ropa de madera también y del mismo color que la cuna.

Una silla mecedora también de madera blanca, esa era para Jimin.  Un montón de cuadros decorativos.

Las paredes de un blancas con tonalidades grisáceas y toques azules y alfombras felpudas por el piso de mármol.

Miró a Jimin un segundo después.

     —¿De verdad yo hice esos muebles? —Preguntó con sus ojos brillantes por la emoción contenida.

Ciertamente él no se creía capaz de haber hecho algo como eso.

     —Desde el primer día que supiste que tendríamos un bebé buscaste un lugar para aprender carpintería, entonces cuando ya tenías el conocimiento idóneo comenzaste a trabajar, convertiste tu habitación de juegos en un taller y nunca dejabas a nadie entrar, lo hacías con tal devoción que hasta yo sentía que era un lugar sagrado y que no podía entrar ahí. Cuando acabaste y me mostraste lo que habías hecho me emocioné tanto, ese día... —Las mejillas de Jimin se habían tornado rojas de inmediato.

No terminó de decirlo porque no lo creyó adecuado.  Pero, ese día habían acabado haciendo el amor sobre la mesa de trabajo de Yoongi, entre el aserrín y las herramientas.

     —¿Ese día?

Jimin caminó directo hasta la cuna y tomó una suave manta de Lino color azul. Sus mejillas no querían apagarse.

     —Ese día fue muy especial.  Después comenzamos a preparar ésta habitación,  la pintamos entre los dos y la decoramos igual. 

Yoongi estaba orgulloso de sí mismo, saber que había hecho todos los muebles  en esa habitación y que él había ayudado a crear el nidito de su bebé era algo dulce de saborear.

La paternidad era algo que le dejaba una sensación muy cálida en su pecho, jamás creyó sentir esas cosas, quería ser tan protector como un buen padre. Era una etapa que agradecía que no hubiera perdido del todo.

Pudo recuperar a su bebé, se perdió 4 meses de su vida, se perdió su nacimiento, su primer balbuceo y su primer sonrisa pero, estaba ahí a su lado, no se perdería in segundo más de la vida de Jiyoon ni de la de Jimin. 

Después de pasearse por la habitación de su pequeño, se prepararon para salir.

La lluvia por lo menos había dejado un espacio para poder descansar de ella y disfrutar de una tarde libre.

Así que Jimin había decidido dar un paso más en su trabajo por devolverle sus recuerdos a Yoongi. 

En ese momento se dirigían de nuevo a un lugar desconocido para Yoongi, ésta vez Taehyung se había ofrecido a ir con ellos para poder cuidar de Jiyoon mientras Jimin y Yoongi cumplían con su asunto.

•°.❀Á𝔫𝔤𝔢𝔩 ℌ𝔞𝔩𝔬❀.°• |YM|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant