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El tiempo pasaba volando, de alguna manera habían transcurrido dos meses de todo lo ocurrido. La muerte de Mitsuri fue un golpe bastante duro para Tomioka, sin embargo ahora tenía a Obanai consigo.

Giyuu había retomado las sesiones de terapia, aún que se disculpo millones de veces por haberse ausentado tanto tiempo.

Las cosas parecían ir por fin cuesta arriba, ya nada podía arruinarlo ni hacer que se hechara para atrás en las desiciones que alguna vez tomo.

Obanai y Giyuu por fin habían oficializado su relación y se habían ido a vivir juntos a la finca de Obanai. Shinazugawa siempre les decía que daban asco con sus cursilerías, pero en el fondo estaba feliz por ellos y lo sabían.

La vida era perfecta.

Si... Efectivamente lo era.

-Obanai, tienes que hecharle menos sal. -Dijo el más alto tomando la mano del mencionado.

-¿Ahí esta bien? -Ahora ambos estaban en la cocina, Giyuu se había dispuesto a enseñarle a cocinar a Obanai.

-Tampoco le heches tan poco, ponele un poco más. -Señalo el más alto.

-¡Primero me dices menos y después más! ¡No entiendo esto! -El más bajo ya estaba frustrado, quien en uno de sus berrinches se escondió en el cuerpo de su novio tomandolo por la cintura y abrazándolo.

Tomioka le dió palmaditas en la cabeza y riendo por el comportamiento infantil. -Si te frustras tan rápido no vas a poder, tonto.

-¿Y qué me gano yo con hacerlo bien? -Pregunto volteando a ver a su ahora, pareja.

-Mhhh... -dudo. -Te regalo un beso.

-Acepto.

Al final, esa motivación funciono de maravilla, el resultado fue probablemente la mejor comida que cocino hasta ese momento.

-Ahora... Quiero mi recompensa. -Exigio Iguro satisfecho de su delicioso trabajo.

-¿Ves que si podías hacerlo bien? -Respondio evadiendo lo dicho mientras probaba de la sopa preparada.

-Mi recompensa. -volvió a exigir acercandose a él.

Tomioka rodo los ojos. -Como digas. -Este se dirigió hacía el, le bajo las vendas y unió sus labios enseguida.

Obanai en respuesta lo tomo de la cintura y lo atrajó más hacía él. Definitivamente eso era todo lo que le faltaba en su vida para ser feliz, tener a Giyuu junto a él y compartir lo que le queda de vida con ese hermoso azabache.

-¿Ya estas contento? -Pregunto Giyuu en cuanto se separaron y con una sonrisa en los labios.

-Quiero otro.

-Te dije solo uno, no varios. -Respondio poniendo uno de sus dedos en la boca del más bajo.

-Buaah, pero quiero otro.

-No, conformate con eso, tontito. -Le dijo Giyuu bromeando, obviamente le daría los que quisiera con mucho gusto.

-Agh, maldito cara de rata. -Se quejo cruzando los brazos y volteandose.

El ojiazul río un poco y lo volvió a besar siendo correspondido enseguida. De alguna forma ese apodo ya no le molestaba, era lindo escucharlo salir de los labios de su bello, único y hermoso novio.

Además, las ratas le parecian bonitas.

Tomioka fue quien se separó en unos segundos y cambio un poco su expresión. -¿Sabes que día es mañana, no?

-¿Sigues pensando en eso? -Dijo preocupado Obanai

-Es difícil superarla y lo sabes.

Iguro lo indicó que se sentara, en cuanto lo hizo, tomo de las mejillas del mayor y unió sus frentes. -Estaras bien, ¿sí? Yo estare contigo todo el tiempo.

Cara de rata. (Obagiyuu/Giyuuoba)Where stories live. Discover now