Día del amor y la amistad

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La fila de alfas era inmensa en el interior del local que el espacio era limitado para movilizarse. Harry, junto a sus compañeras se movían de un lado a otro para atender a los clientes ansiosos por recibir sus pedidos.

El catorce de febrero siempre significaba un día agitado en el trabajo. Complaciendo a los alfas que llegaban buscando el ramo de rosas y regalo perfecto para sus parejas, omegas, betas o alfas. Aunque Harry siempre terminaba cansado después de la larga jornada de trabajo, su sonrisa siempre se mantenía por todo el día. No negaba que era un romántico empedernido, y ver como los alfas se esforzaban para hacer felices a sus parejas lo hacía creer que definitivamente aún existían los buenos alfas.

Terminó de arreglar el ramo de tulipanes rojos con rosas blancas y esperó a que el cliente terminará de firmar la pequeña tarjeta que iría con el obsequio.

—¿Eso sería todo?—preguntó sonriente extendiendo el ramo hacia el beta rubio risueño frente a él.

—Si, te agradezco mucho—deslizó su tarjeta de crédito y esperó a que el rizado cobrará.

—Aqui tiene—devolvió la tarjeta—Gracias por su compra, que tenga un lindo día—deseó.

—Gracias a ti e igualmente—el beta se retiró.

Harry siguió ordenando las tarjetas que se veían en el mostrador. Ya casi era medio día y agradecía que la florería ya no tenía tanta gente rondando por ahí ya que casi era la hora del almuerzo. Así él y sus compañeros podían descansar un poco y comer para recargar energías.

—¿Vendrás con nosotros, Hazz?—inquirió Leila con su bolso al hombro junto a Marlene, sus amigas y compañeras de trabajo.

—Vayan ustedes, yo me quedaré por si viene algún cliente—contestó.

—Esta bien ¿Quieres que te traigamos algo? ¿Un cafe? ¿Una malteada? ¿Algo para comer?—ofreció Marlene.

—No, Mar, gracias. Ethan no tardará en llegar y traerme algo para comer—explicó.

—Ethan—escuchó el resoplido de su amiga pelinegra después de pronunciar el nombre de su pareja—Crei que él y tú no durarían nada ¿Sabés?

—¡Leila!—regaño Marlene a su novia por el comentario dicho—Eso no es de tu incumbencia, cariño. Harry es lo suficiente independiente y maduro para saber lo que hace.

—Ya lo sé, cariño, pero ¿Ethan? ¿En serio, Hazz? Ese tipo es tan... Extraño.

—¡Leila, por Dios! Controla esa boca. Lo siento mucho, Harry, solo no la escuches—dijo apenada.

—Esta bien, Mar, Leila tiene razón y...

—¡Espera!—Leila lo detuvo de inmediato y se acercó al rizado para inspeccionar su rostro—¿Tengo razón? ¿Tú estás diciendo que tengo razón? Eso es muy extraño, tu jamás me das la razón—acusó, colocando sus palmas en las mejillas del rizado—¿Estas bien?

Harry reprimió una risa ante el rostro preocupado e insistente de su amiga y quitó las manos contrarias de su rostro.

—Estoy bien... Eso creo.

—¿Que es lo que pasa, Hazz?—Marlene se acercó a ellos—¿Hay problemas en tu relación con Ethan?—cuestionó.

—No puedo decir que sean problemas exactamente, solo que, es extraño ¿Saben? Creí que estaba listo para comenzar una relación con él pero...—la preocupación era evidente en el rostro del omega ojiverde quien solo resopló después de lo que dijo—Saben que, olvidenlo, llevó muy poco tiempo con él para decir que las cosas no están funcionando ¿Verdad?

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