επτά

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Spreen puso su mano en  su cabeza mientras se sentaba lentamente en la cama.

—No. No es cierto. —Por más que quisiera negar las cosas, las pruebas estaban en sus manos. Jamás había visto un aparato como el que Juan trajo consigo. Ese tal teléfono que anteriormente lo había mostrado a él en el cristal, ahora mostraba imágenes de situaciones o personas que Juan conocía. Además de los recuerdos que el chico llama "Videos". Le mostró juegos en ese aparato que nunca habría imaginado.
Spreen estaba fascinado pero bastante asustado también.

—¿Lo ves? No soy de este tiempo. Yo vengo del futuro donde este tipo de cosas existen.

Mientras que el veía el teléfono, Juan había tratado de descubrir la magia detrás del ópalo. Descubriendo así que era como la gema del tiempo que el tiene en su collar de hechicero, con la diferencia que era más un método de transportación entre épocas.
—Interesante... Pero... ¿Cómo? ¿Porqué me trajo aquí?

—¿Qué tanto murmuras? —Spreen lo miraba con cansancio y hartazgo.

—No se porqué esta gema me trajo aquí. —la tenía frente a su ojos, observando los mínimos detalles que podía encontrar.

—Porque eres mi alma gemela.

—¡Pero no tiene sentido!

—¿Hay almas gemelas en el futuro?

—¡Por supuesto que si! Solo... ¿Por qué tú?

Spreen frunció el entrecejo ligeramente ofendido. —Lamento no ser adonis o una clase de ser increíble. —Juan lo miró tras su sarcasmo.

—No me refiero a eso. Quiero decir, somos de épocas muy lejanas. ¿Cómo podrías ser tú mi alma gemela? Tu no existes donde yo vivo y yo no existo en esta época hasta ahora. ¡No lo lo entiendo!

Decía con frustración mientras dejaba el ópalo en la mesa de noche y se sentaba en la cama de Spreen. —Pues... cuando soñé contigo, soñé con los dioses. Tal vez es un plan de ellos con nosotros.

—Los... dioses... ¡Eso es! Olvide preguntarles al respecto, tal vez si logró comunicarme con ellos... ¡Dioses del-! —Y antes que pudiera gritar toda su oración, Spreen le tapo la boca rápidamente.

—¿Por qué gritas? Todos ya deberían haber ido a sus habitaciones.

Juan se veía un poco avergonzado. —Bueno, es que... necesito llamar  los dioses para que me respondan.

—¿Y es necesario gritar?

—Bueno... algo así...

—Vaya maguito de fiestas.

—¡Hey! No soy un mago de fiestas... pero si, mi habilidad para comunicarme con ellos nunca ha sido tan... Buena.

—Mañana entonces.

—¿...?

—Mañana te llevaré a un lugar apartado para que puedas gritar todo lo que quieras. Pero, solo después de ir a la iglesia con todos nosotros.

—Ay... no... ¿Qué tipo de iglesia es?

—Una iglesia de los dioses guiadas por curas y sacerdotes. —Dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Terminó levantándose de la cama para comenzar a acomodar las cosas en el suelo.

—¿De verdad estas pensando dormir en el suelo? —El tono de Juan era de vergüenza y quizá culpa, pero Spreen no lo miró y asintió sabiendo que Juan lo estaba observando. —Puedes dormir en tu cama y yo-

—Por segunda vez, Juan. No. Yo dormiré aquí y tu ahí. Pero espero que estés despierto apenas el sol salga porque tenemos que estar listos.

—Pero-

—Sin peros. —Se acomodo y cerró los ojos para dormir.

—¿De veritas que estas seguro?

—¿De veritas...? ¿Que tipo de vocabulario es ese?

—Es un diminutivo.

—¿Pará qué usarías un diminutivo?

—¿Para que suene mejor?

—Eres raro. —Juan ya estaba recostado en la cama, mirando el techo. —Apaga la vela.

Y así con un soplido Juan apagó la única fuente de luz en la habitación.

Sin duda le esperaba un largo camino por descubrir cuáles eran los planes es de los dioses.

🇫 🇺 🇹 🇺 🇷 🇪 .       ˢᵖʳᵘᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora