La Casa Real y Ancestral Pendragon del Mundo Magico

Ginny lo sabe

Hermione se sentó en el Gran Comedor de Hogwarts, disfrutando de la animada conversación y el murmullo de los estudiantes a su alrededor. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando un búho marrón descendió grácilmente hacia ella, llevando una carta con el sello del Ministerio de Magia. Hermione sintió un escalofrío recorrer su espalda al imaginar de qué podría tratarse. Con rapidez, extendió su mano y tomó la carta antes de que alguien más pudiera notarla.

Decidió salir del Gran Comedor para leer la carta en privado. Se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la salida, con la carta cuidadosamente guardada en su bolsillo. Sin embargo, en su prisa por salir, no vio a Theodore Nott que se cruzaba en su camino.

El impacto fue inevitable. Los libros y papeles de Hermione se esparcieron por el suelo con un estruendo, incluida la carta que había intentado ocultar. Theodore se tambaleó unos momentos antes de recuperar el equilibrio, y su mirada se encontró con la de Hermione, una expresión de sorpresa en su rostro.

"Oh, lo siento mucho," se disculpó Hermione apresuradamente, agachándose para recoger sus cosas. "Fue mi culpa, no estaba mirando por dónde iba."

Theodore la miró con suspicacia mientras la ayudaba a recoger sus pertenencias. Su mirada se detuvo en la carta que yacía en el suelo, apenas visible entre los demás papeles. Sin decir una palabra, la recogió y la entregó a Hermione.

"Gracias," dijo Hermione, con una sonrisa forzada mientras tomaba la carta con un nudo en el estómago. Esperaba que Theodore no hubiera notado nada sospechoso.

Theodore asintió con gesto serio. "Ten más cuidado la próxima vez, Granger."

Hermione asintió, sintiendo el peso de la mirada de Theodore sobre ella mientras se alejaba apresuradamente. Se preguntaba si él había visto la carta y qué pensaría al respecto. Con la carta aún en su mano, Hermione se apresuró a encontrar un lugar tranquilo donde pudiera leerla sin ser interrumpida, esperando que no contuviera nada que pudiera ponerla en peligro.

Esa noche, Hermione, ahora conocida como la princesa Elizabeth Pendragon, se reunió con Fred, George y Luna en una sala común desierta de Hogwarts. Blaise y Ginny también se unieron a la reunión, sabiendo que era crucial que Ginny conociera toda la verdad antes de tomar cualquier decisión importante.

Hermione miró a los presentes, su expresión seria. "Gracias a todos por venir. Hay algo muy importante que Ginny debe saber antes de que avance con su matrimonio con Blaise."

Ginny miró a Hermione con preocupación y curiosidad. "¿De qué se trata, Hermione? ¿O debería decir, Elizabeth?"

Hermione suspiró y asintió. "Sí, Ginny, mi verdadero nombre es Elizabeth Pendragon. Soy la princesa heredera de la familia Pendragon. Estoy segura de que esto es un shock, pero hay algo más que necesitas saber antes de tomar cualquier decisión."

Ginny asintió lentamente, procesando la información. "Está bien, dime todo."

Hermione procedió a explicar la situación de su familia, la verdad sobre la muerte de sus padres y la importancia de encontrar a sus hermanas, Scarlett y Alexandra, antes de que la Orden del Fénix o Dumbledore las encontraran.

Cuando terminó de hablar, Ginny se levantó y se acercó a Hermione, tomando sus manos. "Elizabeth, gracias por confiar en mí con esta información. Quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte, y me gustaría ser tu amiga y confidente. Quiero apoyarte en todo lo que necesites."

Hermione sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. "Gracias, Ginny. Acepto tu ofrecimiento. Será bueno tenerte a mi lado."

Blaise, que había estado pensando profundamente durante la conversación, se adelantó y se arrodilló ante Hermione. "Princesa Elizabeth, he estado considerando mucho lo que has hecho por nosotros. Me gustaría formar parte de tu guardia, protegerte y ayudarte en todo lo que necesites."

Hermione lo miró sorprendida y luego asintió. "Gracias, Blaise. Aprecio tu lealtad y aceptaré tu ofrecimiento."

En ese momento, Luna levantó la mano tímidamente. "¿Es un mal momento para mencionar que estoy saliendo con Theodore Nott?"

Las reacciones fueron variadas: Fred y George se miraron con sorpresa, Blaise arqueó una ceja y Hermione parpadeó, tratando de procesar la nueva información.

Blaise fue el primero en hablar. "Theo podría ser útil en algún momento, especialmente si está de nuestro lado."

Hermione asintió, tratando de mantener la compostura. "Está bien, Luna. Solo asegúrate de que podamos confiar en él. Será bueno tener más aliados."

Finalmente, Hermione sacó la carta de Percy que había recibido más temprano y se la entregó a los gemelos. "Fred, George, necesito que envíen esta carta de respuesta a mi hermano Percy. Es importante que el Ministerio no sospeche nada."

Fred tomó la carta y asintió. "Lo haremos, Su Alteza."

Hermione suspiró. "Por favor, no me llamen así. Aquí en Hogwarts, soy simplemente Hermione. Solo en privado, y solo cuando sea necesario, soy Elizabeth."

Todos asintieron, respetando su deseo. Con la conversación terminada, Hermione se sintió más segura sabiendo que tenía amigos y aliados a su lado. La búsqueda de sus hermanas continuaba, pero con el apoyo de Ginny, Blaise, Luna, Fred y George, se sentía más preparada para enfrentar los desafíos que vendrían.