Epílogo

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Los años habían pasado, Anthony y Amelia vivían felizmente con sus hijos, Edmund de 4 años, la pequeña Luisa de 2 años y Amelia estaba embarazada de nada más y nada menos que de mellizos, pues así se lo había asegurado el médico hacía un par de días al ver que su tripa no dejaba de crecer en tan poco tiempo.

- ¿Y si nos quedamos aquí?.- preguntó Anthony besando la tripa de su esposa y recibió una patada de uno de los mellizos.- Creo que están de acuerdo conmigo.- comentó divertido.

- ¡Es la boda de mi hermano!.- dijo Amelia incorporándose de la cama para ponerse una bata.

- Nos lo perdonará.- dijo Anthony sentándose en la cama y admirando a Amelia.- Dios, estás tan guapa.- dijo levantándose de un salto y besando a Amelia haciendo que esta riera.

- Pues disfrútalo, estos dos son los últimos.- dijo Amelia mientras Anthony rodaba los ojos.

- Bueno podríamos ir a por el quinto.- dijo divertido sabiendo cual sería la respuesta de su esposa.

- ¡Anthony Bridgerton estás pensando en un quinto hijo cuando ni siquiera han nacido el tercero y cuarto!.- dijo Amelia haciéndose la molesta.- Ya lo hablamos, hemos contribuido con la natalidad del país.- terminó diciendo la morena haciendo reír a su marido.- Y ahora venga, tenemos que prepararnos.


Cuando ya estuvieron listos fueron a la habitación de sus hijos, que jugaban con Milo, y al ver a sus padres fueron corriendo hacia ellos.

- ¡Papá!.- gritó Edmund mientras Anthony lo atrapaba y lo tomaba en sus brazos.- ¡Vamos a montar a caballo!

- Hoy no, cariño, es la boda del tío Benjamin.- dijo Amelia mientras le daba besos a la pequeña Luisa que reía porque su madre le hacía cosquillas.

- ¡Pero yo quiero montar con papá!.- dijo poniendo una cara para intentar darle pena a su madre, ese niño se parecía demasiado a su padre, el cual miraba a Amelia levantando las cejas.

- Nos vamos mañana a Aubrey Hall y allí montamos todo lo que quieras, pero hoy tienes la importante tarea de llevar los anillos, ¿vale, hombrecito?.- dijo Anthony mientras revolvía el pelo de su hijo que reía.

- ¡Yo quiero ir a buscar flores!.- dijo la pequeña Luisa con sus rizos morenos y ojos oscuros lanzándose a su padre que la tomó también en sus brazos.- Para mamá.

- ¡Pues claro que mi niña va a tener flores! ¡Voy a comprarte todas las flores del mundo!.- dijo Anthony besando la frente llena de rizos de la pequeña.


De puertas para afuera, en bailes o eventos, Anthony era como siempre, se mostraba feliz pero serio, solo reía con su familia o con su esposa, pero pocos sabían que en su hogar era un hombre de lo más risueño y feliz. Todo el mundo sabía que se desvivía por su esposa e hijos.

Amelia se quedó embobada mirando a su marido con sus hijos, hasta que se dió cuenta que Anthony le miraba con una sonrisa arrogante.


- ¿Qué?.- preguntó Amelia sin dejar de sonreír.

- Número 5.- dijo Anthony soltando una carcajada.

- Oh, cállate.- dijo Amelia tomando en brazos a Luisa.- Venga, señorita, vamos a vestirte.

- ¿Qué le pasa a la casa de la abuela?.- preguntó Edmund confuso, pues Violet vivía en el número 5 de Bruton Street y todos conocían la casa como Número 5.

- Nada, no le pasa nada.- contestó Amelia rápidamente.

- Mamá no quiero ir.- dijo la pequeña nerviosa.

¿Tenías que ser tú? -- Anthony BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora