Aquel chico capitulo 16

308 64 44
                                    

Mansión Xiao

No quería hacerlo notar, pero estaba algo frustrado y preocupado; no lo sé, creo que en ese momento no tenía claras las ideas sobre cómo reaccionar ante la ausencia de Yibo en la mansión. Tampoco sabía por qué me sentía de esa manera, los pensamientos negativos se estaban apoderando de mi cabeza y ese dolor en el pecho apareció. Wang Yibo es un chico muy astuto, si realmente se atrevió a desafiar mis órdenes y no temer las consecuencias, está más que claro que me acusará ante la policía y todos quedaremos atrapados. Mi vida se irá a la ruina y mis padres estarán decepcionados de mí, y todo... todo por un capricho del cual no pude desistir.

-Alessandro.

-Dígame, señor.

-¿Cuánto tiempo hace que no tienen noticias de Wang?

-Cuando lo llamé, señor, ordené a algunos de los chicos que volvieron temprano de la bodega que dieran una vuelta para ver si lo encontraban, pero no me han reportado nada.

-Perfecto, no te preocupes, yo me encargaré de esto.

Marius, elimina toda la información relacionada con Gao Zhi, y Simón, ve por los chicos; no es necesario que continúen con la búsqueda.

- como órdenes.

*Marius y Simón se retiran del lugar, mientras Zhan continúa su camino hacia su habitación.*

Hay días en los que no entiendo qué es lo que realmente espero de esto. Una parte de mí quiere verlo arrastrarse y la otra parte tiene esa necesidad de protegerlo, pero no puedo caer; tengo una promesa que cumplir y un legado que seguir.

-Si yo estuviera en la misma situación que él, ¿cuál sería el primer lugar al que iría? Quizás con mis padres, pero él estaba en la calle, eso quiere decir que probablemente cortó vínculos con ellos. ¡Aargh, por qué es tan difícil! ¿Por qué estoy pensando en esto?

*Zhan sale hacia su balcón para tomar un poco de aire y pensar mejor.*

-cambio de perspectiva

Allí estaba, asomado en el balcón, se le notaba un poco cansado o quizás preocupado por algo, pero seguía siendo el mismo tipo frío y sin sentimientos que conocí hace algunos días. Me quedé observándolo un buen rato desde la esquina del jardín donde me encontraba, jugueteando con unas plantas que me habían parecido muy lindas la otra noche. Aunque aún no habían florecido, el diseño de sus hojas era muy llamativo y el color verde tan agradable a la vista, me hacían sentir seguro y relajado dentro de esa gran mansión donde no tenía amigos ni con quien conversar, porque mi única razón para estar allí era servir a los Xiao en lo que fuera necesario, aunque me utilizaran como un saco de boxeo.

-Huángdì, ¿qué haces ahí? ¿Por qué no bajas aquí conmigo?
grité después de pensarlo un poco, pero no tenía idea de que me arrepentiría de esa decisión. Pensé que saldría huyendo como la otra vez, pero no fue así.

-Cambio de perspectiva:

 Estaba concentrado, pensando en unas cosas del trabajo y cómo evitar que la policía viniera a casa en caso de que Yibo me denunciara, cuando escuché su voz. Al principio, me quedé paralizado; pensé que estaba alucinando y me dije a mí mismo que me estaba volviendo loco, que por qué estaba pensando otra vez en ese sujeto que había conocido hace apenas unos días. No le presté atención y seguí perdido en mis pensamientos hasta que oí de nuevo esa voz que me decía que dejara de ignorarlo y bajara. Entonces, volteé a mirar y allí estaba él, debajo del balcón de mi habitación. Froté mis ojos para confirmar que no era parte de una alucinación y lo vi allí de nuevo. "Al parecer, sí le gustan las plantas", pensé, y antes de darme cuenta, ya había salido de mi habitación para bajar donde él estaba.

El dulce aroma del crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora