Boda ( 2/2)

224 5 11
                                    

Astrid aún llevaba su vestido de boda, era doloroso ver ese hermoso vestido hecho trizas siendo utilizado para algo como una inmunda batalla, así como el corazón de la rubia que lo portaba, mientras el cadáver del hombre ardía en una enorme fogata en medio de la noche y todos comían el enorme banquete antes mencionado, ella simplemente estaba sentada con una tristeza reprimida que ocultaba con una cara de desinterés, se preguntaba si así se sentía Hipo cada que le decían jefe, quizá por eso lo odiaba tanto, era la manera sútil de recordarle que su padre había muerto y ahora él era el jefe, y ahora le pasaba lo mismo, no quería que nadie la reconociera como jefa, por qué significaba que su esposo no estaba vivo para serlo, el hermoso recuerdo del castaño le inundó la mente y la imaginación empezó a imaginar una bella luna de miel, se levantó con brusquedad de la mesa y fue por su quinto tarro de cerveza, queria sacarse a su esposo de su cabeza, pero cada cosa que hacia, cada cosa que veía le regañaba diciéndole que no, no se podría ir sin Hipo

- ¿Estás bien? - la voz de Eret la regreso a la realidad de golpe, a sus oídos llegó la música, las risas y los gritos de los Berkianos celebrando su victoria ante sus enemigos

- Si... Por supuesto que lo estoy - alzando los hombros y con un tono sarcástico, sin querer queriendo imitó a su ex novio y aquello delató quien estaba en su mente

- Ujummm esa cerveza no dice lo mismo - Astrid bajó la mirada y miro el tarro vacío

- ¿Qué no quieres? - ofreció el tarro a Eret con aburrimiento

- No... Gracias, solo quiero saber ¿Enserio estás bien con esto? Se supone que está era tú noche y de ... Ya sabes, Hipo - llorar no era de vikingos, eso se sabía, y Astrid era una vikinga

- No. No estoy bien - habló con honestidad y frialdad

- ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? - preguntó Eret con amabilidad

- A no ser que puedas traerme de regreso a mi esposo me eres completamente inútil ahora - Aquello hizo que Eret arrugada la cara

- Yo... -

- Eret agradezco que quieras ayudarme y se que ahora técnicamente estoy soltera y que te gustó pero no me interesa un tipo como tú, no eres mi tipo - La conversación se cerró duramente con ese comentario, Astrid miraba el fuego con el cadáver putrefacto dentro, como si fuera mágico

- Ujum... Entonces ... ¿Cuál es tu tipo? - Astrid alzó una ceja ante la mirada distraída del joven que simplemente evitaba el contacto visual

- ¿Enserio quieres saber? - Ya tenía su atención

- No veo porqué no - Eret sonrió chueco con gracia

- Bueno si te soy honesta - Astrid se recargó en suya que alguna vez había pertenecido a Stoicko - Me gusta que griten fuerte mientras cogemos - Aquella repentina frase hizo escupir su trago a Eret, sus mejillas se colocaron de rojo y su rostro se ahogó en asco y sorpresa

- ¿Hablas enserio? - dijo buscando que la rubia bromeara

- Claro que sí, me gustan pequeños, castaños, de ojos verdes, ya sabes, de delgada cintura y un culo follable - las palabras obscenas empezaron a incomodar notablemente al contrario que empezó a alejarse lenta y disimuladamente

- ¿No piensas en que diría si estuviera aquí y te escuchará? - con incomodidad Eret recordó a lo que venía

- Bueno si estuviera aquí probablemente yo tampoco estaría aquí ¿No crees? - Astrid recordó también la razón por la que estaba de fiesta y no en su casa cogiendo a su futuro esposo, aquel comentario hizo que ambos se quedarán en un incómodo silencio, evitando la mirada del otro intentando simular desinterés y aburrimiento

- ¿Y... Qué era lo que te daba? - Astrid levantó la mirada sorprendida por la valentía del contrario al hablar

- ¿Cómo dices? -

- Por favor, ¿Jamás te lo han preguntado? Eres Astrid, todos alguna vez quisieron salir contigo, ¿Y tú lo elegiste  él? ¿De entre todos? Debe haber algo ... Algo que te daba... Algo que nadie más podría darte - aquello dejó pensando a Astrid, Eret tenía un punto, más de una vez personas de todas las edades le habían cuestionado su relación con Hipo, algunos has
a la llegaron a tachar de interesada o hipócrita por su crush con el joven vikingo cuyo nombre revelaba su destino, la debilidad, incluso ella se había preguntado ¿Por qué consideraba atractivo a Hipo?, y de repente lo recordó

- Si, había algo - Eret sonrió con triunfo, podría existir un modo de conquistar a la rubia más deseada de todo Berk

- y ... ¿Qué era? -

- Todo - la mirada de Astrid se ablandó - Era valiente y aventurero, era un líder, jamás me aburrí a su lado, pero también era mi mejor amigo, mi compañero y mi familia, lo vi llorar, lo vi reír, compartimos muchos momentos juntos - abrazó sus piernas y la presa de recuerdos del chico de desbordó en su mente - Me dió estatus, me dio amor, dinero y honor - recordaba cada pequeña facción del chico y como la sensación de que siempre iba a estar bien la acompañaba cada que le sonreía, Hipo era perfeccionista y Astrid aprendió a ver lo bueno de todo lo que él le mostraba, incluso si a él no le gustaba - Quería eso para siempre, quería despertar todos los días a su lado, con sus pesadillas y sus desveladas por inventos, quería su voz y su comida, quería sus hijos y... - Astrid levantó la mirada revelando un torrente de lágrimas, dejando a Eret sorprendido - Lo amaba ... Y ellos me lo quitaron, lo he protegido todos estos años solo para que al último momento se aviente a por mí... Y aquí estoy, viva, y él está muerto, por mi culpa - Astrid se levantó de la silla y sin importar nada comenzó a caminar a la salida sin importar si la miraban o no, necesitaba salir de allí.

Eret miraba sorprendido a la rubia salir, realmente no esperaba eso pero en parte había obtenido la respuesta que quería, soltó un suspiró y sin saber que hacer tomó un sorbo del Tarro, resignando a qué lamentablemente ... La rubia estaba perdidamente enamorada del castaño, y peor aún, el castaño también había estado enamorado de ella hasta tal punto de dar su vida por ella, sin siquiera detenerse a pensar en ella, aquello le llevó a preguntarse, ¿Qué haría Hipo si tan solo Astrid hubiera sido la que falleció? La idea de Hipo sería probablemente quien estuviera llorando desesperadamente por la rubia le rompió el corazón,  casi tanto como ver a Astrid salir desesperadamente por la puesta buscando a Hipo, debía admitir que por eso jamás se atrevió a decir absolutamente nada, pues el simplemente verlos a ambos juntos era razón suficiente para dejarlos seguir, quizá por eso nadie había cuestionado su relación en cuanto la volvieron oficial, se amaban ... Y todos lo podían saber.

HOLA saludos, soy el escritor de esta madre, y me gustaría decirles que estoy abierto a sugerencias, se que la mayoría de ustedes solo están aquí por el gogogo pero generalmente me encanta el concepto en el que Astrid e Hipo están basados, aunque me gustaría saber cómo es que ustedes ven a la pareja, o simplemente, que les gustaría ver de ellos dos, o simplemente si quieren otro Ship pues adelante ustedes pidan.

One Shots Hicstrid Hipo BottomWhere stories live. Discover now