𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 56.- 𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒍𝒍𝒖𝒗𝒊𝒐𝒔𝒂

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_______ Blair

El camino a mi casa es algo callado. Subimos a su auto, está lloviendo. Llevo una caja con algunas cosas que Tom me regresó. En su momento fueron fotos, cartas y muestras de amor; en estos momento era una simple caja de zapatos con estrellas pintadas con recuerdos confusos y algo tristes.

Me aferro a la caja, la llevo sobre las piernas. Mi cabello se ha mojado un poco por la lluvia, las puntas escurren y me mojan los hombros de la camiseta. No llevo ningún tipo de abrigo, pues Tom se ha negado a que me lleve alguna cosa suya, aunque sea prestada.

Veo por la ventana, las gotas de lluvia caen por el cristal en una carrera imaginaria. Escucho a Tom maldecir por lo bajo y veo de reojo como sus manos se cierran con fuerza sobre el volante. Decido ignorarlo. Tengo tan baja la moral que no tengo ganas de nada. 

- ¿Y ahora que harás, Blair?- Tom me mira con la mandíbula apretada.

Giro mi cabeza levemente para poder verlo al rostro. Sus ojos lucen igual de cansados con esa pizca de ira que solía asustarme. Sus nudillos están destruidos, aunque no logro descifrar si es por nuestra pelea o por las peleas en las que suele meterse fuera de el bar que visita con frecuencia.

- ¿A qué te refieres?- es lo primero que logro musitar.

Tom ríe amargamente. Coloca una mano en mi muslo cuando nos detenemos en un semáforo en rojo. No aparto su mano por miedo a su reacción. Puedo escuchar las gotas impactar sobre el techo del auto, en estos momentos ellas, las gotas, son el único testigo de lo que me pueda pasar.

- Ya sabes a lo que refiero, Blair- su mano sube a mi mejilla y la acaricia un poco-, sabes que no puedes vivir sin mí, no vas a encontrar a nadie más que te ame como yo. Nadie va a aguantarte tanto como yo.

Su comentario me causa un malestar en todo mi cuerpo. Siento una punzada en el pecho y me invaden las ganas de vomitar. Es como si mis órganos se compactaran, mis huesos se soldaran y mis músculos se tensaran. Pero en ese malestar hay algo más: irritación. Por primera vez en todo el tiempo que llevo con Tom, puedo sentir una ira consumirme por dentro. Me molesta que diga eso, porque yo tengo muchas personas las cuales me aman.

- Pues ya me las arreglaré- es lo único que logro arrancar de mi pecho. Suena como una queja de dolor mezclada con irritación.

Pero parece que a Tom mi respuesta no le agrada. Aprieta los dientes y retira su mano. Me mira y en cuanto el semáforo se pone en rojo maneja a toda velocidad, como cuando solía acompañarlo a esas carreras clandestinas de autos. En ese momento me parecía emocionante, ahora me parece peligroso.

- ¿Qué haces?- mi tono es algo ansioso.

Tom no contesta, solo me mira y acelera todo lo que el auto se lo permite. Me aferro a la caja que llevo sobre las piernas, sintiendo mi vida depender de las manos de Tom. Otra vez.

- ¡Tom!, ¡Basta!- trato de tranquilizarlo, pero él me empuja, haciendo que me golpee con la puerta.

Tom sigue conduciendo, siento las llantas resbalar por la lluvia. Me aferro a la caja mientras veo hacia enfrente. El siguiente semáforo se pone en rojo, pero parece que a Tom no le importa. Un auto estuvo a punto de golpearnos, si no es porque nos esquivó, probablemente hubiera chocado contra nuestro auto, justo de mi lado.

- ¡Basta!- golpeo a Tom en su brazo derecho, pero hace caso omiso a mis golpes.

- ¿Quieres que pare?- me mira con los ojos abiertos, puedo ver la locura en sus ojos.

Asiento. Tom detiene el auto de forma violenta.

- ¡Bájate entonces!- me mira.

Tomo la caja y las pocas fuerzas que me quedan y abro la puerta del copiloto. Cuando pongo un pie fuera, la lluvia me empapa, veo en todas dirección, no reconozco mucho, lo cual me hace pensar que Tom no conducía en dirección a mi casa.

- ¿Ahora que harás?, ¿Te acostarás con el metalero?- me habla desde su asiento.

- Eso ya no es de tu incumbencia, Tom- cierro la puerta de un portazo. Veo como Tom golpea el volante con una de sus manos, descargando la ira que no he permitido que descargue sobre mi.

- ¡Maldita perra!, ¡Vuelve aquí!- me grita desde su auto cuando comienzo a caminar.

No hago caso. Sigue gritando algunas cosas, las lagrimas ya han empezado a correr por mis mejillas. Pero de pronto es como si dejara de escuchar la lluvia y todo desapareciera a mi alrededor.

- ¡Por eso Kat siempre ha sido mejor que tú!- volteo en su dirección por inercia-, Oh sí, Blair, te engañé con Kat y no me arrepiento. De lo único que me arrepiento es de haber escogido a la amiga equivocada para algo serio- sin más arrancó y se fue.

Me quedé unos segundos, que tal vez fueron minutos, en mi lugar. Seguía sosteniendo la caja, porque era lo único que me quedaba de mi Tom, del que me había enamorado. Del que me había tendido la mano en aquella situación difícil, él que me besaba y se quedaba conmigo sin esperar nada a cambio. Extrañaba la versión que yo misma me había creado de él.

Cuando pude respirar y recobrar la consciencia, miré el lugar donde estaba. Solo conocía a alguien que vivía por este lado de la ciudad. Caminé en silencio, llorando aún con la caja en las manos. El agua había hecho añicos la mayor parte, pero seguía siendo mío.

Una vez estuve frente a la puerta de la casa,  pensé en si era buena idea tocar. No importaba. No perdía nada. Toqué el timbre. Pude ver a través del cristal de los costados de la puerta a alguien avanzar y abrir la puerta. Me miró con asombro, como si no pudiera creer que estaba en ese lugar. O tal vez era mi estado. No lo sé. No hay forma de saberlo. Así que decidí empezar por algo.

- Hola, Hunter- sollocé mientras lo veía.



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Holaaaaaa, espero se acuerden de mí. T-T

Debo de dejarles un recado rápido por aquí. No actualizo desde, ¿enero?, no lo recuerdo. Perdón.

Pasé por un momento difícil. La escuela fue más abrumadora de lo que creí. Salí de vacaciones hace poco y no tenía ganas de escribir. Siento que ya no soy la misma. Tengo miedo a que la historia ya no esté al nivel, pero tengo que intentarlo.

Voy a seguir publicando hasta acabar la historia, después les dejaré otros recados para que estén al pendiente.

Espero que les guste y disfruten de la historia, así como yo disfruto de escribirla y dejar un pedacito de mi en cada personaje y en cada uno de ustedes.

Abrazos virtuales.

Los quiere.

- Beth.

¿Puedo llamarte esta noche? || Hunter Sylvester || Metal LordsWhere stories live. Discover now