5. Apuesta

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Estando en el restaurante, Stanley estaba muy feliz con su pollo frito.

Recuerdo que cuando iba a comer con Corey, intentaba pedir comida que no me ensuciara los labios o fuera a manchar mi ropa si me cayera encima. Intentaba que me viera más que una amiga, así que actuaba un poco más "femenina" de lo que realmente soy.

Pero con Stanley, me da igual. Nunca me ha interesado impresionarlo y ya me ha visto en pijama, cuando salgo a tirar la basura y aun no me he peinado, comiendo helado afuera con mi hermano mientras se derrite en nuestras manos y bañando a Callie, con los pantalones cortos húmedos por la manguera.

Y por supuesto, Stanley se ha burlado en cada ocasión.

Así que muerdo lo último de mi pierna de pollo y tomo un sorbo de soda.

Un mensaje llega a mi teléfono que dejé sobre la mesa, la pantalla se enciende y muestra el aviso de una notificación sobre el fondo de pantalla, una fotografía de Corey y yo que nos tomamos hace mucho tiempo.

Stanley mira el teléfono y luego a mí, yo le doy vuelta a la pantalla.

— ¿Puedo preguntarte algo? —se limpia con la servilleta.

Asiento, esperando la pregunta.

Aclara su garganta. — ¿Salías con él?

Ni siquiera dice su nombre pero lo sé, habla de Corey. —Ah... no, éramos amigos.

Baja la mirada a su plato, solo quedan un par de papas fritas. —Pensaba que sí —murmura.

Paso un dedo por el borde de mi plato. — ¿Por qué pensabas eso?

Se mueve hacia atrás, recostando la espalda. —Porque sí, tu siempre estabas buscándolo, ¿no?

Cuando lo pone de esa forma suena a que yo estaba persiguiéndolo y no que éramos amigos. —Y él a mí, eso hacen los amigos.

No dice nada más.

Aclaro mi garganta. —Um, ¿ahora a quien le copias en los exámenes? —rio un poco—. Bueno, ahora ya no pero antes, ¿a quién le copiabas?

Muerde su labio inferior. —No era tan bueno, varias veces le copie y estaba mal, Corey no...

Deja de hablar.

Stanley se levanta y señala hacia el pasillo. —Voy al baño, también pediré la cuenta.

Junto las cejas. — ¿Qué ibas a decir de Corey?

Stanley me mira directamente a los ojos y luego sacude la cabeza. —Nada.

Se va y yo estudio este momento. Fue extraño, ¿Por qué no terminó lo que iba a decir?

"Corey no..."

Mi corazón pega un salto, uno de esos que llega cuando un perro ladra de pronto mientras caminas por la acera o una puerta se golpea con fuerza por el viento.

Recuesto los codos sobre la mesa mientras veo la silla vacía de Stanley, ¿Y si él sabe algo que yo no?

Eso no tiene mucho sentido, Corey no se llevaba bien con él y no compartirían secretos, pero entonces, ¿Por qué algo en mi interior me dice que estoy apuntando finalmente a la dirección correcta?

Tengo que saberlo.

Luego de salir del lugar, veo hacia el cielo.

El atardecer ya pasó y ahora solo queda un cielo nocturno bastante claro, estamos al comienzo de la noche. Ya se van más personas caminando listas para alguna actividad en la noche, los autos han aumentado y el calor es casi palpable.

DESPUÉS DEL FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora