ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟠𝟛

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◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆


Nos llevaron de vuelta al palacio. Ya no quedaba mucho del antiguo paisaje. La lluvia trajo el final del incendio. Cada árbol ahora solo eran tallos carbonizados. Aquel lago estaba medio seco.

No vi a Cyra, solo vi el daño hecho por Rewin.

Pedí a los dioses, mis dioses, no volver a verlo, tenía miedo de encontrarlo de nuevo.

Bajamos de los caballos, guiadas dentro de aquel palacio carbonizado.

La ceniza ahora batida por la lluvia casi parecía barro. Avanzamos por aquellos caminos, rodeadas por colores grises.

Aquel salón estaba destruido, no quedaba ningún trono. Lo único de color era el cabello de los pocos que estaban aquí.

Beron lucía diferente, era su cara, una parte de su rostro estaba utilizando un glamour. Dándonos la espalda estaban dos machos de cabellos rojizos.

Vi las quemaduras en sus brazos, en algunas aportes de su cuerpo.

Reconocí a Astor, sentí un zumbido en los oídos, Eris estaba ahí, estaba vivo, tenía el cuello con vendas y una cicatriz en el lado derecho de la cara.

Pero ambos seguían vivos. Intente relajarme. ¡Gracias, dioses!

Cyra caminó rápido hacia ellos, los tomó con cuidado, los acercó besándolos. Los escuche respirar con fuerza.

Entonces los otros dos. Guarde silencio. Vi la envidia y los celos en los ojos de otros faes y eso me atemorizó.

Sostuvo el brazo de cada hijo, para ver a su esposo.

Aquel que parecía vacío, lejano a todo lo que estaba pasando. Casi lucía muerto. ¿Podría ser que por primera vez estaría triste por la muerte de sus hijos?

—Nuestra corte, a pasado por un desastre que solo tiene un culpable

Me quedé quieta, ¿Ya sabía de Rewin? ¿De nosotras?

—Dos de mis hijos han muerto, hemos perdido casas nobles —vio con atención a Cyra. —nuestro estado actual es deplorable, he sido engañado por falsos profetas

Gire el rostro solo para ver a varios guardias llevar las cabezas de las sacerdotisas. Las lágrimas aparecieron.

—Susurraron a mis oídos, les hice caso sin saber que ellas eran espías de una corte que aun las protege

Temblé de frío.

—La corte de la noche, resguarda rencor contra nosotros por los actos ocurridos tiempo atrás, enviaron a esas perras con papeles paganos

Ella te advirtió. No eran ellos.

—La corte de la noche, me arrebato a mis hijos, ahora es nuestro turno de quitarles los suyos

La Diosa De La Oscuridad ✴Where stories live. Discover now