Los hermanos Walker

CAPITULO 36

LENA

No debí haber hablado

Alex entra a la casa furioso y me mira

—¿Que mierda dijiste?— dice

Le cuento todo lo que vi y veo como Lucas nos mira desde la puerta

— tengo las grabaciones del lugar, las sacamos en tu rescate— dice y Lucas sale de la sala y vuelve con una pequeña USB que coloca en su laptop

Se ve todo lo que viví en esa porquería de lugar y se ve perfectamente ella, es sophi

Su semblante cambia y su mirada se pierde, lo tomo envolviéndolo en mis brazos con fuerza

— está bien — acarició su cabello

— nada lo está — dice con voz rota
— no me queda en quien confiar aparte de Lucas y tu, ya no se quién es quién —  me parte oirlo así — estoy perdiendo el control — se abraza a mi y esconde la cara entre mis pechos mientras acaricio su cabello, siento una cabeza en mi hombro, es Lucas

—¿y si vamos a dormir?— digo y ambos asienten, parecen niños frente a mi y son tan frágiles pero valientes al demostrar sus emociones

Entramos a la habitación pero antes de que nos acostamos Alex toma el teléfono y hace una llamada en alta voz

—¿La has visto?— dice la voz de Henry del otro lado

— es difícil lo que diré — dice Lucas

— dime qué está viva — responde Henry al otro lado de la llamada

— hace un rato mandé un sobre a tu casa, espero que lo veas y tomes con calma, si me necesitas aquí estoy para ti hermano —   dice colgando la llamada

— lo va a destruir — dice Lucas con la voz rota y la cara enterrada en mi cuello

Poco después Alex se acuesta con nosotros y los tres caemos dormidos en la cama

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HENRY

Repito la USB por novena vez

Voy por mi segunda botella de whisky

Es ella

Es mi gatita la que está besándose con Matvey

Inhaló tres líneas de cocina y me llevo el porro a la boca

Esa mujer fue la qué juro amarme toda la vida, la que pronto sería la señora Spencer, ella era a la que me follaba cada noche y la mujer que todos los días me esperaba con las piernas abiertas

Le doy otra calada a mi porro y mando a llamar a James, mi hombre de confianza

—¿Que necesita señor?— pregunta llegando a mi lado

— quiero que me traigas a una rubia, una igual de buena que mi ex mujer y quiero más porros — asiente saliendo de la habitación

— ya no quiero una, que sean dos — le digo antes que pase por la puerta y asiente

Media hora después tengo los porros en la mesa y una rubia operada enseñándome las tetas

Tengo una entre las piernas y lo chupa como fiera

En ambas veo la cara de mi gatita pero ella no está