» 𝗧𝗿𝗮𝗶𝗻 ©;; Tsukihina ✔

4. Crece mi hermosa luna

Shoyō, Kei y Mitsuki se dirigían al gimnasio para el entrenamiento de voleibol. Mitsuki, una niña de apenas 5 años, con el cabello rubio de Kei y los ojos brillantes de Shoyō, caminaba entre sus padres, con una sonrisa de entusiasmo en su rostro.

—Papá, ¿crees que algún día seré tan buena como tú en el voleibol? —preguntó Mitsuki, mirando a Shoyō con admiración.

Shoyō se agachó para estar a su altura y le revolvió el cabello con cariño.

—No tengo ninguna duda, Mitsuki. Eres increíble y si sigues entrenando, serás una jugadora profesional de voleibol algún día.

Kei sonrió ligeramente, aunque sus pensamientos lo llevaban por un camino más melancólico.

—Es una alegría tenerla en nuestras vidas, ¿verdad?—comentó Shoyō mientras caminaban.

—Sí, ella es un radiante rayo de luz —admitió Kei, mirando a Mitsuki con ternura—. Pero a veces me asusta lo rápido que está creciendo.

—¿Por qué te asusta? —preguntó Shoyō, tomando la mano de Kei.

—Porque si sigue creciendo, entonces un algún día se irá. —Kei suspiró, su voz cargada de preocupación—. No creo estar listo para un día dejarla ir.

Shoyō apretó la mano de Kei y le sonrió con suavidad.

—Kei, aunque ella crezca y se vaya, siempre se tendrá un lugar especial en nuestro corazón. Y nosotros siempre nos tendremos el uno al otro.

Kei asintió, sintiendo el consuelo en las palabras de Shoyō.

—Tienes razón. Siempre estaremos juntos, sin importar qué pase.

Al llegar al gimnasio, Mitsuki se volvió hacia sus padres con una sonrisa radiante.

—¡Estoy lista para entrenar! ¡Voy a dar lo mejor de mí!

Shoyō y Kei intercambiaron una mirada llena de orgullo y amor.

—Vamos a estar aquí apoyándote siempre, Mitsuki —dijo Shoyō, dándole un beso en la frente.

Kei asintió, arrodillándose para abrazarla.

—Siempre estaremos a tu lado para apoyarte.

Mientras observaban a su hija entrar al gimnasio. Aunque el futuro era incierto, sabían que enfrentarían cualquier desafío juntos.