¿Eres escritor pero no sabes dibujar? ¿Quieres iniciar una colaboración? Después de hacer mis libros y de haber tenido mucho trabajo escrito y artístico, decidí que era hora de empezar a buscar a alguien que diera vida a mis palabras a través de ilu...
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Mientras el escritor y el ilustrador estaban sentados en sus escritorios, inmersos en el trabajo de un nuevo libro, se dieron cuenta de que habían estado trabajando sin parar durante horas y horas.
Las palabras brotaron de la pluma del escritor y las imágenes cobraron vida bajo la hábil mano del ilustrador, pero ambos sabían que era hora de un descanso. "Creo que necesitamos tomar un café", dijo la escritora, estirando los brazos y bostezando. El ilustrador asintió con la cabeza, frotándose los ojos cansados. "Definitivamente me vendría bien un estimulante ahora mismo".Ambos recogieron sus cosas y se dirigieron al acogedor café al otro lado de la calle. Mientras se acomodaban en una mesa, bebiendo sus humeantes tazas de café, se encontraron charlando y riendo como viejos amigos. "Es sorprendente lo bien que trabajamos juntos", reflexionó la escritora con una sonrisa en su rostro. "No podría imaginarme haciendo esto sin ti". El ilustrador se rió entre dientes. "El sentimiento es mutuo. Tus palabras me inspiran a crear y no podría pedir un mejor socio en este viaje creativo".
Se sentaron en agradable silencio por un momento, saboreando la calidez de sus bebidas y la comodidad de la compañía del otro. Y en ese momento, ambos supieron que tomarse el tiempo para disfrutar de la presencia del otro era tan importante como el trabajo que estaban creando juntos.
Mientras terminaban sus cafés y se preparaban para regresar a sus escritorios, el escritor y el ilustrador se llenaron de energía e inspiración renovadas. Sabían que eran un equipo, un dúo dinámico que podía conquistar cualquier desafío creativo que se les presentara.
Y con un nuevo sentido de camaradería, volvieron a sumergirse en su trabajo, listos para darle vida a su libro de una manera que solo ellos podían. Y mientras trabajaban codo a codo, impulsados por la cafeína y el apoyo mutuo, sabían que su asociación era realmente algo especial.
