Espóras

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(Este es un escenario que puse en el guion de mi RD, así que muchos de las cosas que dicen como “elegida” es por un contexto el cual pueden preguntar, porque, como dije, son escenarios de mi RD)

(Este es un escenario que puse en el guion de mi RD, así que muchos de las cosas que dicen como “elegida” es por un contexto el cual pueden preguntar, porque, como dije, son escenarios de mi RD)

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Nadie te decía absolutamente nada de lo que sucedía, tan solo escuchabas el nombre de tus padres siendo mencionados todo el tiempo, al igual que el de Deméter, entre otros.

El aire estaba cada vez más tenso, pero simplemente permaneciste en silencio, pasando la mayoría de momentos con tu esposo cada que podías, aunque él se ahuyentaba AUN MAS de lo común.

Así que ahora, te encontrabas detrás de tu madre, quien divisaba con aires de melancolía la estatua en donde ella yacía con ambos de sus hijos en brazos, incluyendo a una adolescente tú, sentada a sus pies. Nadie hablaba, era incómodo para ti, allí, con el estómago revuelto, te sentías mal, descompuesta.

—Madre…—

Dijiste de una vez por todas, sentías miedo, tal vez rechazo a que lo que paso con Zeus volviese a pasar, oh, pobre de la Princesa del Inframundo…si supiera que es incluso peor…oh, y si supiera también que es una de las elegidas…

Perséfone suspiro, en parte ya sabía que ibas a preguntar, algún día terminarías por enterarte.

— ¿Madre que está pasando? —

Le preguntaste, pasaron minutos aún más incómodos, en los cuales ella solo se tomaba su tiempo para, quizás, encontrar las palabras más decentes con las que podría explicar esta revolución, cuando suspiró y segundos después abrió los labios, dispuesta a hablar, un fuerte jadeo salió de tus labios mientras caías al suelo de mármol sobre tus rodillas.

Tu madre se dio la vuelta, aterrada, y corrió lo más rápido que pudo hacia ti, se arrodillo a tu lado y comenzó a analizarte, mientras te hacia preguntas que no podías escuchar.

Tus oídos parecían estar…tapados, escuchabas sonidos sordos y nada más que tu corazón palpitando.
Un mal presentimiento, uno muy malo, recorrió todo tu ser, sentías un vacío en el pecho muy doloroso e inexplicable, sentías inquietud, te temblaban las manos y tus ojos se achicaron en cuanto te diste cuenta de la causa de tu mal presentimiento.

Escuchabas la débil respiración de tu marido, que se atoraba en su garganta y sonaba como un jadeo ahogado, como si alguien le estuviese ahorcando, y sentías su corazón latir lentamente. Miraste a tu madre, presa de un enorme pánico.

—Hermes…—

Lograste balbucear, tus ojos se llenaron de lágrimas y cuando tu madre intento siquiera reaccionar, una nube negra cubrió tu cuerpo, y de repente, ya no estabas allí.
Los dioses vieron humo negro recorrer todo el Olimpo, de inicio a fin, a la velocidad de la luz, sabían que eras tú.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Blood of Zeus II | Preferencias, One Shots E ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora