cap. 25

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Al día siguiente él se marchó a sus entrenamientos mientras yo empezaba a preparar todo para nuestra cita, era cierto que usar muletas complicaba algunas cosas pero hasta cierto punto podían ser divertidas. 

Fui a la cocina y preparé algunas cosas aprovechando lo que tenía Aldo, ya después aprovecharía para pagárselo o darle de mi dinero para dividir los gastos mientras estuviéramos viviendo juntos. 

Cuando tuve toda la comida lista y empaquetada en una canasta que encontré, decidí ir a arreglarme un poco. Quise darme un baño rápido pero el yeso me complicaba todo, sabía que debía ponerme una bolsa o algo para que no se mojara pero realmente era difícil así que tardé más de lo esperado en tan solo bañarme 

Estaba en la habitación que me había ofrecido Aldo intentando vestirme lo más linda que pude hasta que escuché un pequeño golpe en la puerta 

—Ya llegué.— avisó desde afuera 

—¿Tan rápido?.— cuestioné sorprendida, todavía no acaba de arreglarme 

—Me tardé lo mismo que siempre.— dijo y escuché su risa 

Me estiré para agarrar mi celular y revisé la hora ¿¡llevaba más de dos horas intentando arreglarme!? 

—Ya voy, ponte lindo para nuestra cita.— pedí 

—A este paso creo que estaré listo antes que tú.— se burló —Pero te haré caso.— 

Y sin más se escucharon sus pasos alejándose así que terminé con lo que estaba haciendo. Cuando me aseguré de verme linda salí de la habitación y noté que él ya me estaba esperando sentado en el sofá 

—Estoy lista.— avisé y él se giró para verme 

Por un momento pareció paralizado al verme, como si realmente le gustara la manera en que me veía. Parecía tan sorprendido que empezaba a ponerme nerviosa así que sonreí 

—¿Puedo confesarte algo que sonará cursi?.— cuestionó y asentí —La primera vez que te vi en aquella Velada, parecías un ángel, te dirigiste a donde estaba buscando a tu hermano pero fue el momento donde me sentí bendecido por verte tan hermosa. Jamás volví a sentir que mi corazón se acelerara tanto como en ese momento... hasta hace un segundo que te vi.— 

Sentí que mi cara empezaba a arder de lo sonrojada que estaba, mi sonrisa se hizo más amplia 

—Tengo un yeso y mis muletas me quitan bastantes puntos, no creo estar tan linda como ese día.— me burlé un poco para disimular el nerviosismo que había causado en mi interior 

—Esas muletas te dan más valor.— dijo y lo miré confundida —Es lo único que demuestra que eres mortal, la vida tuvo que ponerte un yeso para que viera un defecto en ti.—

No lo entendía muy bien pero aún así sabía que era un buen intento para halagarme así que reí

—Pero ahora que me doy cuenta a tu yeso le hace falta algo.— exclamó así que nuevamente lo miré confundida

Se levantó y caminó hasta donde estaba, se repente se agachó hasta quedar a la altura de mi yeso, noté que de su bolsillo sacó un marcador

—Te voy a hacer un dibujo.— avisó mientras destapaba el marcador y empezaba a pintar algo

Yo realmente no dije nada aunque hubiera preferido que me dejara recargar mi pierna en algún lugar pero igual me quedé parada intentando no moverme

—Te dejaré un mensaje oculto.— dijo

—No importa que tan oculto esté, lo veré.— sonreí

—Realmente no lo podrás ver.— retó y se levantó

—¿Por qué no?.— cuestioné

—Porque lo anoté en la parte más baja del yeso.— contó, ni siquiera me di cuenta de eso —Solo lo verás cuando te lo quiten.—

Aún faltaba mucho para eso así que lo miré mal, debía darme una pista al menos

—Ya terminé de decorar tu yeso.— avisó sonriendo —Podemos irnos a nuestra cita.—

Puso su brazo como si quisiera que lo agarrara así que lo hice, caminamos un poco, él me ayudaba siendo como mi muleta humana

—Preparé bastante comida.— conté así que lo solté para dar pequeños brinquitos en un pie hasta tomar la canasta y regresé hasta donde estaba

—No sé porque se me olvido que podías salir con la genialidad de saltar en un pie.— se burló

—Amo moverme aunque me gusta más que tú seas mi muleta.— sonreí

Aldo me ayudó a cargar la comida y me ofreció su brazo para que volviera a apoyarme en él

—Siempre te voy a apoyar, hasta para caminar.— dijo —Pero si nuestra cita de hoy sale mal dejaré de actuar como tu soporte.—

—¿Es una amenaza?.— cuestioné divertida

—Es más una advertencia.— respondió

—Que bueno porque si era una amenaza hubiera llamado a mi hermano para que me defendiera.— dije

—A estás alturas ya le aguanto un round a Ronny.— habló y negué

—Pobre iluso.— me burlé —Pero bueno, ya no pospongamos esto más tiempo.—

Él asintió estando de acuerdo y caminamos juntos hasta salir de la casa, sería un poco complicado caminar en mi estado pero prefería pensar que podría divertirme

𝐑𝐎𝐌𝐀 [Aldo Geo X Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora