𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐨𝐮𝐠𝐡 𝐂𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞 +18 | Severus Snape

~Capítulo Siete~

La mayoría de la gente ya se encontraba regresando al castillo, mi hermano y sus amigos incluidos.

Valery y yo nos habíamos quedado en Las Tres Escobas ya que habíamos ordenado otras cervezas de mantequilla para llevar y Madam Rosmerta se iba a demorar un poco, dado a que tenía más clientes.

—Tu novio a las once —anunció Valery. Voltee a donde la rubia había indicado y Snape entró junto a McGonagall a la taberna, sentándose en una mesa no muy lejos de la salida.

—No es mi novio —repliqué automáticamente, aunque sentí un leve rubor subiendo a mis mejillas.

Valery me lanzó una mirada divertida, disfrutando de mi incomodidad.

—Seguro, seguro —dijo con una sonrisa burlona—. Deberías invitarlo a tomar una cerveza de mantequilla.

—Claro, porque eso no sería raro en absoluto —respondí con sarcasmo, tratando de evitar que mi mirada se desviara hacia la mesa donde Snape y McGonagall estaban sentados.

En ese momento, Madam Rosmerta se acercó con nuestras cervezas de mantequilla para llevar.

—Aquí tienen, chicas —dijo con una sonrisa amable mientras nos entregaba las bebidas.

—Gracias —dijimos al unísono. Tomé mi bebida y me giré hacia Valery—. ¿Lista para regresar al castillo?

—Sí, vámonos antes de que decidan darnos detención por estar fuera de la hora —respondió Valery, guiñandome un ojo.

Mientras nos dirigíamos hacia la puerta, no pude evitar echar una última mirada hacia la mesa donde estaban Snape y McGonagall.

Snape levantó la vista en ese preciso momento y nuestras miradas se cruzaron brevemente. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda y apresuré el paso para seguir a Valery fuera de la taberna.

—¿Seguro que no es tu novio? —susurró Valery con una sonrisa cómplice mientras nos alejábamos por las calles de Hogsmeade.

—¡Cállate! —le respondí, pero no pude evitar reírme.

—¿Quién es tu novio? —la voz de Fred nos sorprendió por detrás. Al girarnos, él se encontraba recargado de lado en una pared, su mirada curiosa puesta en nosotras.

—Oh, nadie —me apresuré a decir.

—¿Nadie? Eso suena sospechoso —dijo Fred, alzando una ceja y esbozando una sonrisa traviesa.

—Ya sabes, simplemente hablábamos de cosas sin importancia —dije rápidamente, intentando sonar casual. Valery asintió con la cabeza, apoyándome.

—Sí, nada importante —añadió con una sonrisa inocente.

Fred nos observó por un momento, claramente no convencido. Su mirada se movía entre Valery y yo como si estuviera intentando descifrar un rompecabezas.

—¿En serio? —dijo finalmente—. Porque parecía que tenían un gran secreto justo ahora. Valery soltó una risa ligera.

—Fred, siempre piensas que estamos tramando algo. A veces solo hablamos de tonterías.
Fred entrecerró los ojos, aún sospechando.

—Ajá, claro. Bueno, si no quieren contarme, está bien. Pero recuerden, tengo mis métodos para averiguar la verdad —dijo, sonriendo de manera misteriosa.

—No hay nada que averiguar —repliqué, intentando mantener la calma—. De verdad, solo estábamos esperando nuestras cervezas de mantequilla.

—Sigo sin creerles.

—No es problema nuestro que no lo hagas —dijo Valery con una sonrisa—. Bye, Fred.

Ambas nos dimos la vuelta y avanzamos hacia el camino para llegar al castillo. Voltee hacia atrás y vi por sobre mi hombro, Fred se encontraba observándonos y al ver que lo veía, me dedicó un saludo militar, provocando mi risa.