Emma estaba absorta en la conversación con su amiga Clara, riendo y compartiendo historias del día, cuando escuchó un suave golpeteo en la puerta de su habitación. Interrumpió su relato a medias y giró la cabeza.
-Un momento, Clara -dijo Emma, sosteniendo el teléfono cerca de su oído mientras caminaba hacia la puerta.
Al abrir, se encontró con su madre, quien sonreía con ternura.
-Emma, cariño, es hora de cenar -anunció su madre.
-Ahora bajo, mamá -respondió Emma, devolviendo la sonrisa.
Colgó la llamada con Clara tras una rápida despedida y bajó las escaleras, el aroma de la comida casera invadiendo sus sentidos. La mesa estaba puesta con esmero, y sus padres ya estaban sentados, esperando por ella.
-¿Cómo te fue hoy, hija? -preguntó su padre mientras se sentaba.
-Bien, solo rutina de siempre -respondió Emma, sirviéndose una porción de ensalada.
La conversación fluyó con naturalidad, hablando de las clases y las últimas novedades del barrio. En medio de la cena, su padre hizo un anuncio que cambió el tono de la velada.
-Por cierto, el martes iremos a Madrid -dijo su padre, mirando de reojo a su esposa con una sonrisa cómplice.
Emma levantó la mirada, intrigada.
-¿A Madrid? ¿Por qué? -preguntó, dejando el tenedor en su plato.
-Vamos a ver el clásico: Madrid contra Barça -explicó su madre-. Y después, asistiremos a un evento exclusivo. Estarán algunos jugadores del Barça.
Emma sintió una oleada de emoción. Había asistido a eventos exclusivos antes, gracias a la relación de su padre con el entrenador del Barça, y ya conocía a algunos jugadores como Alejandro Balde, Pedri y Gavi.
-¡Eso suena increíble! -exclamó, sus ojos brillando de entusiasmo.
-Sabíamos que te gustaría -dijo su padre, guiñándole un ojo.
El martes llegó más rápido de lo esperado. Emma no podía contener su entusiasmo mientras viajaban a Madrid. El estadio estaba lleno de energía, con los aficionados vibrando de emoción. El partido fue un espectáculo lleno de tensión y adrenalina, con goles y jugadas magistrales que mantenían a todos al borde de sus asientos.
Después del emocionante partido, se dirigieron al evento exclusivo. El salón estaba repleto de personas influyentes y jugadores del Barça. Emma se encontró rápidamente rodeada de caras conocidas. Saludó a Alejandro, Pedri y Gavi, quienes la recibieron con calidez.
-¡Emma! -gritó Pedri, dándole un abrazo-. ¿Cómo has estado?
-Genial, feliz de estar aquí -respondió Emma, sonriendo.
Mientras charlaba con ellos, notó a un chico de su edad que no había visto antes. Lamine Yamal. Había algo en él que captó su atención de inmediato. Cuando sus miradas se cruzaron, Emma sintió un cosquilleo en el estómago.
-Hola, soy Lamine -dijo él, extendiendo la mano.
-Emma -respondió ella, estrechando su mano-. Encantada de conocerte.
La conversación fluyó de manera sorprendentemente natural. Hablaron de todo y de nada, descubriendo intereses comunes y riéndose de anécdotas tontas. Emma se sintió cómoda, pero también nerviosa, notando cómo su corazón latía más rápido cada vez que Lamine le sonreía.
El evento llegó a su fin, y Emma se despidió de todos, prometiendo mantener el contacto. De regreso en el hotel, se metió en la cama, pero no pudo dormir. Los recuerdos de la noche, especialmente de su conversación con Lamine, giraban en su mente. Sentía mariposas en el estómago, un sentimiento nuevo y emocionante.
Se dio vuelta en la cama, mirando el techo, pensando una y otra vez en Lamine. Finalmente, sonrió, dejándose llevar por la dulce sensación de lo que podría ser.
𝙃𝙤𝙡𝙖𝙖𝙖, 𝙨𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚 𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙢𝙪𝙮 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙚𝙨𝙦 𝙣𝙤 𝙨𝙖𝙗í𝙖 𝙘ó𝙢𝙤 𝙚𝙢𝙥𝙚𝙯𝙖𝙧 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙤𝙨 𝙚𝙨𝙩é 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙩𝙖𝙣𝙩𝙤 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙖 𝙢í ,𝙚𝙨 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙖𝙨𝙞 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙞 𝙝𝙖𝙮 𝙛𝙖𝙡𝙩𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙤𝙧𝙩𝙤𝙜𝙧𝙖𝙛í𝙖 𝙤 𝙛𝙖𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙖𝙡 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙗𝙞𝙧 𝙣𝙤 𝙙𝙪𝙙é𝙞𝙨 𝙚𝙣 𝙙𝙚𝙘í𝙧𝙢𝙚𝙡𝙤 .
𝙉𝙤 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙é𝙞𝙨 𝙫𝙤𝙩𝙖𝙧 𝙤𝙨 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤𝙤🩷
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𝘾𝙤𝙣𝙚𝙭𝙞ó𝙣 /𝙇𝙖𝙢𝙞𝙣𝙚 𝙔𝙖𝙢𝙖𝙡
RomanceEmma, una joven de 16 años, lleva una vida aparentemente perfecta como hija de un influyente empresario. Su padre, además de ser un magnate exitoso, es el mejor amigo del entrenador del Barcelona. Esta estrecha relación les permite acceder a eventos...