》En un mundo donde los omegas gobiernan, donde los alfas son tratados como meros objetos de fertilización y contratos obligados, los derechos y privilegios se encuentran radicalmente divididos. Los omegas, en la cúspide de la sociedad, disfrutan de todos los recursos y el poder, mientras que los alfas carecen de cualquier derecho y son vistos como herramientas para la procreación.
En este mismo mundo, en ese mismo momento, se celebraba una boda. El evento era majestuoso, una demostración palpable de estatus y opulencia. El salón brillaba con la elegancia que solo los eventos de alta sociedad podían ofrecer.
Los novios se miraban con expectación, esperando la respuesta del otro. El omega, vestido con un resplandeciente traje, adornado con joyas que resaltaban su figura, mostraba una sonrisa de sorpresa y fascinación mientras observaba el esplendor del lugar y del momento. Su maquillaje sutil realzaba sus facciones, añadiendo un toque de perfección al cuadro.
Por otro lado, el alfa, ataviado en un traje completamente blanco, ajustado a su cuerpo y notoriamente incómodo, mantenía una sonrisa triste. Su postura denotaba la tensión y el desasosiego que sentía en el día de su boda.
—¿Sucede algo, mi flor de primavera? —preguntó el novio, su voz cargada de una ternura que contrasta con la tristeza visible en su expresión.
En respuesta, el alfa recibió un golpe en la cabeza y en la espalda, administrado con una especie de fusta.
Este acto lo sacó de su letargo, llevándolo de regreso a la realidad.
Se encontraba en el día de su boda, el día en que había firmado aquel papel con el hombre con quien compartiría su vida por más de 40 años. Aquella decisión, una elección que ahora valoraba como la mejor de su vida, había sido un hito de su existencia.
Sin embargo, en su lecho de muerte, rodeado de sus grandes cachorros, lamentaba haber visto a aquel dulce alfa morir de tristeza y desamor, a causa de sus propios errores. Aquel ciclo maldito parecía haber sido heredado por sus hijos, una cruel herencia que perduraba más allá de su vida.
Pero ahora, la diosa luna le había dado una nueva oportunidad. No podía permitir que se repitieran los errores del pasado. Estaba decidido a luchar con uñas y dientes para cambiar el destino.
—Acepto... —contestó, suspirando con amor mientras sus pensamientos se mantenían en otro lugar. A pesar de la importancia de la fecha, su mente estaba centrada en el presente y en cómo podría transformar el futuro.
Frente a él estaba el hombre que había compartido su vida, ahora sin canas ni arrugas, en su mejor momento. No pudo evitarlo; lo besó, tragándose el sonido de sorpresa que emitió su amado en una suave danza de labios.
El beso selló su destino, marcando el comienzo de una nueva etapa. La ceremonia continuó con solemnidad, y el clérigo, con voz firme y llena de esperanza, proclamó:
—Yo los declaro Alfa y Omega. Que la diosa luna y sus ancestros guíen su camino, y llenen de bendiciones su nueva unión.
En ese instante, el omega cerró los ojos con un profundo sentimiento de determinación. En su mente resonaba una promesa, un susurro lleno de esperanza:
"Esta vez todo será diferente... Mi amor."
-HeartDark001
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Arreglaré nuestro pasado
FanfictionEn un mundo donde los omegas gobiernan y los alfas no son más que escoria necesaria, Hikaru Yamagawa reencarna después de su muerte y regresa al día de su boda con su amor de vida pasada, Sumiyoshi Kimura, quien ahora es su prometido y esposo. Busca...