NEW POWER

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Acción: -habla-
Dialogos:
-hola-
pensamiento:()
llamadas o videollamadas, transmisiones, audios, comunicación, efectos de sonido: *aaa*
Grito: AAAAA
voz seductora, coqueta, placentera o gemido: ~hola~
mensajes escrito: aaaaa
Susurro o murmuro: aaa
salto de tiempo y ubicación: [aaaa]
Aclaraciones/mensajes: {aaaa}
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{TEMON QUE ESCUCHABA MIENTRAS ESCRIBIA EL CAP}

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El sol apenas se filtraba a través de las copas de los árboles, creando un juego de sombras que se extendía por el denso bosque. La niña, de cabellos dorados y espinosos como el sol filtrado entre las ramas, caminaba lentamente por el bosque. Su pequeña figura, vestida con un overol rosa claro, ahora algo sucio, y debajo un pequeño suéter negro, se movía con torpeza entre la vegetación. Los árboles parecían gigantes a su alrededor, y las sombras que proyectaban sobre el suelo hacían que todo se viera más oscuro y aterrador de lo que realmente era.

Cada crujido de las hojas bajo sus pies y cada sonido que no podía identificar hacían que su corazón latiera más rápido. Sus grandes ojos rojos como un rubí estaban empañados por las lágrimas, y aunque trataba de contener el llanto, pequeños sollozos escapaban de sus labios.

-¿Mamá?... ¿Papá?... ¿Ototo? - -preguntaba con voz temblorosa, girando la cabeza en todas direcciones, pero sin obtener respuesta-.

El viento soplaba suavemente, haciendo que las hojas de los árboles susurraran entre sí, lo que solo aumentaba la sensación de soledad en la pequeña. Al notar que no había nadie, la niña empezó a caminar más rápido, sus pasos ahora más desesperados.

-¿Alguien?... Por favor, ¡Ayuda! - -su voz se quebró, y finalmente, ya sin fuerzas, se dejó caer al pie de un árbol robusto-.

Se acurrucó, abrazando sus rodillas contra su pecho, tratando de encontrar consuelo en el calor que su propio cuerpo le proporcionaba. Su respiración era entrecortada por los sollozos, y enterró su rostro entre sus piernas, buscando alejarse de lo que parecía ser un mundo hostil.

El tiempo pasó sin que ella lo notara. Podían haber sido solo minutos, pero para la niña, cada segundo se sentía como una eternidad. Su miedo la mantenía paralizada, incapaz de moverse o pensar con claridad.

De repente, un crujido en la maleza cercana rompió el silencio, haciendo que la niña levantara rápidamente la cabeza. Sus ojos, todavía húmedos, se abrieron de par en par, y su pequeño cuerpo se tensó por el miedo. Temía que fuera algún animal salvaje, algo grande y peligroso que la hubiera encontrado.

-No... no, por favor- -susurró, su voz apenas audible-.

Pero lo que vio no fue un animal, sino un niño, no mayor que ella, con el cabello desordenado y verde como la hierba fresca en primavera. Sus ojos, grandes y brillantes, mostraban una mezcla de preocupación y curiosidad mientras observaba a la niña.

Al ver que no era un peligro, la pequeña rubia se relajó un poco, aunque todavía estaba asustada. El niño se acercó con cautela, sus pequeños pies descalzos moviéndose con cuidado sobre el terreno irregular del bosque.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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