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Era cómodo estar su cuarto en un calor que lo hace sentir asoñolado, su suave cama como si fuera de puro algodón y sus alas extendidas de par a par sin que alguien las aparte para que puedan recibir calor, tanto era su cansancio que solto un gruñido cuando alguien fue a tocar su puerta y el ya sabía quién era.

Tomo uno de sus cambios para poder salir, antes de hacer la corbata, se fue directo a la puerta de su cuarto.

—Quackity from Las Nevadas, ¿Esta bien?.

—Estoy bien Charlie, - abrió la puerta y solto un bostezo - ¿Qué paso?.

—Ya era algo tarde y no lo encontré en su oficina. - lo miro de arriba a abajo - No es común que no despierte temprano siendo inicio se semana.

—Estoy bien Charlie, - salió del cuarto y lo cerró - Solo que ayer con el nuevo contratista me dio a probar algo de su vino... Es muy raro.

—Oh, ¿pastilla para la resaca?.

—Estoy bien, no tienes que preocuparte tanto. - empezó a caminar con el slime a su lado - ¿Algo que pase?.

—No, fueron ordenes de Shadoune de Imperio 51 el cuidar que este bien. - acomodó sus lentes.

—... ¿Imperio 51?.

El castaño asintió con una sonrisa, mientras el pato hacia su corbata con una duda en la cabeza, ¿Donde había escuchado sobre ese lugar?. Sabía que el slime tenía una capacidad única entre ellos, pues con una mirada era capaz de decir tu lugar de origen, lo cual si bien en un inicio le llego a inquietar, ahora le era útil ante las alianzas próximas a ellos, pues algunos lugares an querido estar en negocios con ellos pesé a ya tener negocios con países enemigos a ellos.

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Philza recorría los pasillos con tal de llegar a la habitación de Missa lo más pronto posible, era alrededor de casi las siete se la mañana pero poco le importaba, tenía las suficientes pociones en un saco mágico, aparte de hacer un spawner de pociones para que el chico no tuviera problemas al ya no tener.
Al llegar a la puerta se sintió nervioso, pues pensaba en una forma de presentarse ante el antes de cualquier cosa, no podía olvidar el sueño de la noche anterior, ese sueño sigue rondando en su cabeza como una tortura.

Respiro profundo, tocó la puerta tres veces antes de escuchar una especie de gruñido extraño.

—¿Quién es?. - no habrio la puerta pero su voz se notaba cansada.

—Soy Philza, traigo las pociones. - alzó un poco el sacó.

Apenas termino de hablar cuando la puerta se habrio un poco, solo para ver como la cola esquelética del azabache se partía para arrebatar el sacó de sus manos en cuestión de segundos, cerrando de golpe la puerta. Si bien el cuervo se sintió ofendido, se pego a la puerta para escuchar lo que pasaba, los frascos se habrían con rapidez y era dejados de lado para uno nuevo ser tomado, haci fue durante un rato hasta que escucho un suspiro junto al chirrido de la puerta abriéndose, apartándose con rapidez.

—Lamento eso, - llevo su mano a su nuca - ¿Gustas pasar?.

—Si, gracias. - se inclino un poco antes de pasar a los aposentos ajenos - Wow.

Apenas ver el alrededor se dio una idea de la magnitud de la desesperación del chico por las pociones, pues las paredes contaban con raspones profundos, el piso tampoco se salvaba, ahora viendo lo que eran alrededor de treita frascos rotos en el piso, aparte que había algunos rastros de lo que el quería creer, que era agua con colorante rojo.

Un pequeño pato - ShadouckityWhere stories live. Discover now