05.

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–¿Por qué sigues mirando tu teléfono?

Jungwon levantó la mirada y se encontró con Jia observándolo.

–Jay llega tarde hoy –dijo–. Sabes que odio cuando la gente me hace esperar. –Sus ojos castaños lo estudiaron con curiosidad.
–¿Qué? –dijo Jungwon, jugando con su teléfono. 

–¿Qué está pasando contigo y Jay últimamente?

–No tengo idea de lo que estás hablando. 

–No sé... Algo ha cambiado.

Jungwon le dió una mirada significativa. –¿Has terminado de ir a través de mi correo? No te pago para mover tus dedos.

Tragando visiblemente cualquier comentario bajo que ella quería hacer, Jia volvió sus ojos a la pila de sobres en frente de ella.

Jungwon volvió a mirar a su teléfono. Ella tenía razón, sin embargo. Algo había cambiado. Jay había sido... diferente. Ya no trató de controlar todos los aspectos de la recuperación de Jungwon... y su vida. Jay se iba tan pronto como era posible después de comprobar la ingle de Jungwon y darle instrucciones para el día. Incluso su actitud había cambiado.

Jay ya no le llamaba "niño pequeño", "bebé" o "mocoso". No había más sonrisas torcidas y chistes. De hecho, su tono era neutral y muy profesional cada vez que hablaba con Jungwon. Y cada vez, Jungwon quería darle un puñetazo en la boca.

El comportamiento oh-tan-correcto de Jay lo volvía loco. Le molestaba mucho más de lo que esperaba a Jungwon. Y no ayudó que aún estaba caliente y frustrado como el infierno. Al menos había dejado de sentirse mortificado cuando tenía una erección, mientras Jay le masajeaba. Debido a que ni siquiera ver su erección tenía absolutamente ninguna reacción por parte de Jay, ni siquiera el levantamiento de una ceja. Jay era un perfecto profesional.

En cuanto a la conducta de Jay en los últimos diez días, era difícil creer que el incidente "zurra" hubiera pasado. Jungwon se retorció un poco. No habían hablado de ello, por lo que el incidente puede ser que nunca haya sucedido. No le había dicho nada a Hyun. Todavía no estaba seguro de por qué.

–Me gusta Jay. –dijo Jia de repente–. Él es un buen tipo. Me invitó a su boda. 

La mirada de Jungwon se levantó para encontrar la de ella. –¿Qué? Lo has conocido sólo por un par de semanas.

Jia le dio una sonrisa muy dulce. –¿Quieres decir que no te invitaron?

Jungwon le devolvió la sonrisa. Jia era una perra. Ella era divertida, pero no estaba en su liga cuando se trataba de mala leche.

–Yo no habría aceptado la invitación, de todos modos –dijo con perfecta calma–. ¿Por qué querría ir?

Claramente decepcionada, Jia volvió a clasificar su correo.

Jungwon dejó el teléfono antes de recogerlo de nuevo. Se quedó mirándolo por un momento. 

–¿Has visto a su novia? –dijo casualmente.

–¿Yunjin? Oh, sí, ella le recogió el otro día cuando su auto se había descompuesto. Nos presentó.

–¿Cómo es ella?

Sentía su mirada especulativa sobre él.
Manteniendo su rostro vagamente aburrido, Jungwon dijo– Tengo curiosidad saber qué clase de mujer sería tan estúpida como para casarse con un tipo tan mandón. Ella debe ser un felpudo.

–Ella no lo es –dijo Jia inmediatamente– Ella es fuerte y fue obvio para mí que su relación es de igual a igual. Él la respeta. Ella parecía práctica y de mente abierta.

𝗘𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗼. jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora