Dejo de besarlo y me separo.
— Tengo que irme. — Le digo y empiezo a caminar hacia la puerta.
— ¿Puedo ir contigo? — Me pregunta.
— Es peligroso.— Ya no me pueden matar. — Me dice y yo rio.
— Está bien, pero primero pasaremos a mi casa por algunas cosas. — Le digo y ambos salimos.Nos subimos a mi auto y arrancamos en dirección a mi casa. El silencio entre nosotros está cargado de preguntas sin responder. Spencer me observa con esos nuevos ojos suyos, llenos de curiosidad y determinación.
— Bien... Dime la verdad. — Me dice finalmente, su voz firme.
Suspiro, sabiendo que le debo una explicación completa. — ¿Qué quieres saber?
— Todo. Quiero saber cómo es que eres una vampira, cómo funciona todo esto... Y qué significa para nosotros. — Dice, su voz suave pero llena de urgencia.
Asiento, concentrándome en la carretera mientras comienzo a explicar. — Soy hija del Conde de Rumania, uno de los vampiros más antiguos y poderosos que existen. Mi familia ha vivido en la sombra durante siglos, adaptándonos al mundo humano mientras mantenemos nuestras tradiciones y secretos a salvo.
— ¿Y cómo funciona todo esto? — Pregunta, mirando sus propias manos, todavía adaptándose a su nueva condición.
— Los vampiros somos inmortales, pero no somos invulnerables. Podemos sanar rápidamente, tenemos fuerza y velocidad sobrehumanas, y ciertos poderes mentales. Sin embargo, hay cosas que pueden matarnos, como estacas en el corazón y exposición prolongada a la luz solar. — Le explico, deteniéndome en un semáforo.
Spencer asiente, procesando la información. — ¿Y qué significa esto para nosotros?
— Significa que ahora eres parte de este mundo, Spencer. Tendrás que aprender a controlar tus nuevas habilidades y a protegerte de quienes querrían hacernos daño. Pero también significa que no estás solo. — Digo, mirándolo a los ojos. — Te enseñaré todo lo que necesitas saber.
Llegamos a mi casa y estaciono el auto. Entramos rápidamente y me dirijo a una habitación oculta en el sótano, donde guardo provisiones y armas especiales.
— ¿Para que es eso? — Me pregunta.
— Le quebré el cuello a Shawn, me va a querer crucificar. — Le explico. — Ven conmigo.Ambos subimos a mi sala.
— Siéntate. — Le digo y él e hace caso.
— Entonces... ¿Eres marquesa? — Me pregunta.
— Ya habíamos tenido está conversación, Spence. — Le digo y rio.
— ¿En serio? No lo recuerdo y yo recuerdo todo.
— Shawn te borro la memoria... Soy la marquesa de Rumania, Lady Diana France Mendes de Black Castle. Mis padres tienen miles de años en está tierra, Shawn 3,927, yo 3,926 y Aali 3,925. Por eso nunca nos quedamos mucho tiempo en un lugar.Digo yendo a mi cocina por sangre, la sirvo en unas copas y le tiendo una.
— Anda, tómatela... Te hará bien ahora. — Le digo y él toma la copa.
— ¿Cómo la consiguen? — Me pregunta.
— La compramos a casa de sangre. Aunque si quieres una dieta más "vegetariana" puedes tomar sangre de animales, pero... No tiene los mismos beneficios. — Camino hacía mi habitación. — Ven Spencer.Lo llamo y a los segundos escucho un golpe, salgo corriendo de mi habitación para ver que... se choco contra un muro.
— ¿Qué paso? — Pregunto viendo el repello de la pared caerse y a Spencer en el suelo.
— Traté de caminar...
— Ya veo. — Lo ayudo a levantarse.
— La repararé. — Dice apuntando la pared.
— Toma... Era el antiguo anillo de Shawn, te servirá. — Le doy el anillo.
— ¿Para que es esto?
— ¿Recuerdas que mencione una tradición familiar con los anillos?— Sí, no hay absolutamente nada que olvide.
— Bien, pues los anillos están creados con tierra del jardín del castillo de mi familia, es tierra de casa. — Le digo y él me mira sin entender.— ¿Porque? — Pregunta sin entender.
— Para que no te mate el sol, necesitas estar cerca de la tierra del castillo. Por eso siempre tienes que usarlo. — Le digo.
— Muy bien.
— Super... Vamos por Shawn.
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Dark Romance - Spencer Reid © ✔
RandomTERMINADA En las sombras de la noche, en un mundo donde la genialidad y el misterio se entrelazan, se teje un romance prohibido entre el brillante Dr. Spencer Reid y una enigmática dama vampira. Él, un prodigio de la mente, cautiva con su astucia y...