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Max... Aún recuerdo cuando estabas a mi lado aquella noche en mi habitación.
Tu silencio y tranquilidad me transmitieron por primera vez una paz interna que no había sentido hace tiempo, tanto que quería quedarme ahí siempre y que jamás te fueras de mi lado.
Tal vez... Tu compañía jamás se habría ido, de no ser por mi culpa.
NOVATO.
Una luz pegaba a mis ojos, los abrí lentamente, era un día soleado pero pronto eso hizo que me diera un dolor intenso en la cabeza.
— ¡Ahg mierda! Mi cabeza...
Me quedé un rato sentado en la cama para tratar que el dolor bajase. Bostece y estire mis brazos para poder agarrar fuerzas.
Mire mi ropa, percatando de que traía la misma ropa que ayer.
— "¿Qué...? No recuerdo nada." — Pensé para mí mismo.
En un momento note como la manija de la puerta se abría lentamente, vivía solo, ¿Quién más podría estar acá?
— ¿Bradley? Oh ya estás despierto, menos mal.
¿Max? ¿Qué carajo hacia él aquí?
— ¿Qué haces aquí? — Pregunté con voz ronca y débil aún sosteniendo mi cabeza por el dolor.
— ¿De verdad no recuerdas nada?
— No ¡Ahg mi cabeza!
— Bueno, mejor te traeré algo para la resaca, ya regreso. — Dijo saliendo de mi habitación y cerrando la puerta.
Me resultaba difícil recordar lo que había pasado anteriormente durante y después de la fiesta, era evidente que había tomado demasiado, no había bebido así ya hace tiempo y eso me preocupaba por que había dejado de hacerlo.
Pero... ¿Por qué Max estaba aquí conmigo? Después de como lo trate, parece que le dan igual mis acciones.
La atención que me da, está conmigo sin importar que, muchas cosas cuadran ahora...
¡¿Esta enamorado de mí?!
— ¡Ahhg carajo! — Sentí otra vez esa punzada de dolor en la cabeza.
Es mejor pensar en todo eso después de que haya pasado la resaca.
Escuché nuevamente la puerta abrirse. — Ten, tomate esto, seguro se te pasará. — Dijo dándome una pastilla y dejando un vaso de agua al lado de la mesa de noche.
