Capítulo 1.

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Poché se encontraba cansada y exhausta mientras conducía de camino hasta su departamento

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Poché se encontraba cansada y exhausta mientras conducía de camino hasta su departamento. Lo único que quería era darse una ducha, cenar algo y estar con su pequeño un rato antes de que éste se quedará dormido. Era todo lo que necesitaba para olvidarse de un día tan estresante como había sido ese.

Al llegar al edificio ésta entro en el estacionamiento y estacionó su coche para después apagar el motor, suspiró ante eso y tomó su maletín para luego salir de este y asegurarlo para después caminar hasta el elevador donde coloco el piso de su penthouse.

Una vez frente a su puerta abrió ésta y dejó el maletín a un lado de la puerta, se quitó su abrigo y lo dejo en el perchero, dejo las llaves de su coche y su casa donde iban estas y escuchó las risas de su familia resonar por todo el lugar haciéndola sentir como su estrés iba a desapareciendo de apoco de su cuerpo.

Siguió el sonido y se encontró entrando a la cocina de su hogar donde dos pares de ojos se fijaron en ella.

—¡Mamá! ¡Llegaste! — gritó Alex al ver a su mamá y corrió hasta donde ésta se encontraba quien lo cargó y lo abrazó contra ella. Había extrañado a su pequeño durante todo el día y al ver su rostro tan tierno lleno de felicidad la hizo sentir como todo el peso de su día desaparecía de sus hombros.

Alex era un niño muy lindo y tierno, tenía sus ojitos aceitunados al igual que su madre, cabello negro azabache, pestañas largas y una sonrisa preciosa.

—¿Cómo te fue hoy campeón? — preguntó la Alfa interesada por el día de su hijo.

—Bien mamá, la tía Vale me llevó al parque e hice algunos amigos — le contó el pequeño con entusiasmo contagiando a su madre quien desvío la mirada hasta donde se encontraba su hermana y le agradeció con una sonrisa.

—Me alegro mucho bebé, ahora porque no le das las gracias a tu tía y te despides de ella para que vayas hacer tu rutina para dormir ¿Te parece? — el pequeño niño asintió y corrió de nuevo a los brazos de su tia que le dió muchos besos haciéndolo reír para después ambas ver cómo el pequeño niño corría hasta su habitación para hacer lo que su mamá le había pedido —gracias por cuidar de el.

—Sabes que no es nada, el es mi sobrino — Poché sonrió ante los argumentos de su hermana — además el es muy tranquilo y hace mucho caso, no es como que me de mucha pelea —Poché asintió — bueno hermanita, debo irme, nos vemos el lunes.

— Espera ¿Que?, no, dijiste que podías cuidar a Alex mañana.

—No es así, te dije que yo te avisaba si podía cuidarlo, ¿Acaso te avise algo? — Poché negó — entonces eso significa que no puedo ¿No crees?, nos vemos el lunes, te quiero — palmeo la espalda de Poché unas cuantas veces.

—¿Lo tendré que cuidar mañana yo? — Valentina asintió mientras caminaba hasta la puerta —no puedo hacer eso Vale — dijo la Alfa mientras observaba como su hermana se colocaba su abrigo y tomaba sus cosas — ¿Qué se supone que debo hacer?

Una linda OMEGA para mí madre •Caché Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora