𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎́𝐍 || ❝ La streamer mexicana Rivers mantiene una relación de casi 7 años con su pareja, mejor conocida como Producción por medio de las redes ❞
¿Por qué Samantha teme perderlo por los rumores que el mismo medio hace? Le duele...
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Félix pov's
—¡Ya casi termino!— tomó las galletas que estaban en la mesa—. Estaré media hora más solamente, ¿quieres que hagamos algo?
—No estaría mal. Ve, yo terminaré la cena— sonrió agradecida mientras se llevaba dos galletas en sus manos. Fue inevitable no reír por eso, siempre me había parecido bastante tierno su comportamiento aunque era mejor no mencionárselo, había sido así desde que la conocí. Seguí picando las verduras que tendría la pasta que Samantha adoraba, podría decir que era su platillo favorito aunque ella siempre mintiera al decir que no lo era.
El lugar espacioso en la nueva cocina hacía mucho más fácil la dinámica que solíamos usar cuando venía a visitarla, es decir, diariamente. Verifiqué la cocción de la pasta, y al darme cuenta que estaba perfecta, colé la misma cercana al lavadero. Pegué un corto brinco al escuchar el grito que provenía de la habitación que Samantha había adaptado para sus streams, solía asustarme aunque tendría que estar acostumbrado en realidad. Su contagiosa risa se escuchó después, llenando de paz mi interior y haciendo sonreír de manera inconsciente; aquellos momentos relajaban mi interior por más tonto que pareciera.
Dejé la pasta en el colador mientras echaba las verduras junto a la carne ya condimentada, no tardarían demasiado en estar por lo que aquella media hora sería perfecta. Samantha solía acabar stream con mucha hambre, siempre prefería empezar a cocinar cuando ella me indicara por mensaje que quedaba poco tiempo o salía a comprar para los dos. Ella jamás me lo pedía, rara vez lo hacía y entendía sus motivos, pero lo hacía plenamente porque me nacía.
Aquella media hora transcurrió lenta, yo también moría de hambre y la cocción no había ayudado en lo absoluto, saqué dos platos hondos de aquellos estantes para empezar a servir lo que había preparado. Los dejé en la mesa y encendí el televisor, ninguno de nosotros dos podía comer si no había algún tipo de ruido externo.
La puerta de la habitación del pasillo frente a mí se abrió, Samantha salió de ella con su celular en la mano y rápidamente me miró, ablandando su mirada por completo para dedicarme una de esas sonrisas, eran una debilidad que adoraba tener, de las cuales no podría resistirme.
—Estoy cansada— caminó hacia mí—. Qué rico, ya moría por cenar. Muchas gracias, nunca te lo pido pero...— me miró—. Te lo agradezco.
—No es nada, lo sabes— le respondí—. ¿Qué quieres de tomar?
Hizo una mueca pensativa—. ¿Tenemos refresco o ya se nos acabó?
Sonreí levemente al escuchar cómo hablaba por los dos, cuando en realidad era su casa, quizás nunca se lo decía pero me hacía sentir parte de su vida cada que sucedían esos pequeños detalles.
—Todavía hay— me acerqué al refrigerador—. Yo te sirvo.
—Ya me lavé las manos— dijo sentándose en una de las sillas—. Sólo para que no me digas— me miró divertida.
