Diez

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Thomas avanzaba con sigilo por las escaleras, Minho iba detrás de él sosteniendo firmemente la pistola, a cada paso que daban la escalera irremediablemente sonaba escandalosamente bajos sus pies.

-¡Miertera escalera! –Protestó Minho

Thomas lo hizo callar.

-¿Escuchaste eso?

-Shank, solo es la miertera escalera que no deja de chillar

-Juraría haber oído algo más

-Solo sigue –Le hizo un gesto para que siguiera bajando –Terminemos con esto de una vez

Cada tramo de escalera por el que pasaban los acercaba a su objetivo, sótano 2, indicaba el cartel que estaba sobre ellos, faltaba solo un poco.

-Minho, dime que también oíste eso

-¡Ya te dije que es la miertera escalera!

Un fuerte sonido provino de la puerta que indicaba la entrada al sótano 2.

-Demonios –Masculló Minho – ¡Corre, garlopo!

Intentando hacer el menor ruido posible, corrieron escalera abajo, se precipitaron sobre la puerta de entrada al sótano 3, la puerta se abrió bruscamente lo que provocó que los chicos cayeran al otro lado de esta.

-¡Cierra la puerta! –Ordenó Minho estando aún en el suelo

Thomas se levantó y con un fierro que encontró junto a unas cajas trancó la puerta.

-Sabes dónde estamos ¿No? –Minho ya estaba de pie y estudiaba el lugar como podía, limitado por la escasa luz, logró identificar una serie de cajas apiladas y algo que a su parecer, tenia forma de vaca

Thomas no contestó y caminó directamente hacia la cosa con forma de vaca, Minho lo siguió curioso, una vez junto a la "vaca" Thomas se arrodillo y comenzó a apretar botones sin parar.

-Parece que no sabes lo que estás haciendo –Comentó Minho

-Si se lo que hago –Mintió Thomas, en realidad no sabía qué hacer

-¿Qué tal si aprietas esto? –Minho presionó un botón rojo que hizo que el generador se iluminara –Y luego esto... -Subió una palanca

Todo el sótano se iluminó.

-¿Dónde aprendiste a hacer eso? –Preguntó Thomas intrigado

-Tengo mis trucos –Sonrió Minho

Escucharon fuertes golpes en la puerta.

-¡Sabemos que están ahí! –Chilló una voz que ninguno de los dos conocían -¡Salgan ya, munis, únanse a la fiesta!

La persona tras la puerta comenzó a reír y otras tantas se le unieron, no era una risa normal, era una risa que le recordaba a Thomas algo que no quería recordar.

-¡Cranks! –Murmuró Thomas

-Dime que hay otra salida

-¡No lo sé!

-¡¿Cómo que no lo sabes?!

Los cranks seguían golpeando la puerta que en cualquier momento cedería y los dejaría atrapados. Thomas miraba a todos lados desesperado, intentado recordar alguna salida.

-Tendremos que matarlos –Dijo Minho caminando en dirección a la puerta

-¡¿Qué?! ¿Estás loco?

-¿Tienes alguna idea mejor? –Lo desafió

-¡Ni siquiera sabes cuantos hay!

Minho ya iba a sacar el fierro que mantenía la puerta cerrada, pero Thomas se lo impidió

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora