Dieciocho

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Teresa al ver como ninguno de los chicos reaccionaba se soltó de la mano de Thomas y se lanzó sobre Aris para quitarle el desintegrador de las manos y con sorprendente determinación apunto el arma al auto y sin dudarlo, disparó, poco antes de que el parachoques del vehículo chocara a Thomas, el auto y el crank que lo conducía desaparecieron como si se hubieran evaporado.

Teresa soltó el desintegrador y se arrojó a los brazos de Thomas, lo abrazó con fuerza, Thomas aún estaba aturdido por la situación, no lograba explicarse él porqué no había sido capaz de hacer algo, le devolvió el abrazo a Teresa pensando que de no haber sido por ella, jamás habría vuelto a abrazarla, es más, ahora estaría muerto. Intentó besarla pero ella se separó con cara de reproche, cara que no iba solo dirigida a Thomas, sino también a Aris.

-¿Qué demonios pasa con ustedes dos? ¡Casi nos matan!

Aris miraba el desintegrador que ahora estaba en el suelo y se encogió de hombros.

-Soy un inútil bajo presión –Intentó excusarse

La mirada reprochadora de Teresa ahora se fijo en Thomas.

-Yo... -Thomas trató de explicar que había sucedido pero ni siquiera él sabía que había pasado –No sé que me paso

Teresa suspiró.

-Deberíamos seguir caminando

Aris recogió el desintegrador y se lo tendió a Teresa.

-Supongo que eres la más capacitada para usarlo

La chica rodó los ojos, lo tomó y con la banda que traía lo colgó en su espalda.

-¿Saben? –Comentó Aris cuando ya llevaban un rato de caminar tras lo ocurrido –Podríamos coger un auto...Si el crank pudo hacer andar uno nosotros también

-Así iríamos más rápido y estaríamos menos desprotegidos –Agrego Thomas

Teresa lo miró con una sonrisa.

-¿Aún recuerdas como conducir?

Thomas le devolvió la mirada divertido.

-Claro que lo recuerdo

Aris levantó las cejas.

-¿Sabes conducir? –Casi chilló

Thomas asintió compartiendo una mirada cómplice con Teresa.

-No me digan que también tienen una historia romántica en un auto –Exclamó Aris al notar cómo se miraban

Teresa soltó una risa y sus mejillas se encendieron, Thomas abrió la boca como si fuera a decir algo pero Aris lo cortó.

-¡No quiero saber que sucedió ahí! –Gritó con cara de asco tapando sus oídos

-Tú te lo pierdes –Respondió Thomas con tranquilidad

-Solo busquemos el miertero auto –Se limito a decir Aris

No les costó mucho encontrar lo que buscaban, había autos por todas partes, los chicos revisaban cada auto que veían frenéticamente. Thomas se preguntó cómo no se les había ocurrido antes.

-Esta puede ser –Gritó Teresa sentada dentro de una camioneta cabina doble azul brillante, alzó las llaves para que Thomas pudiera verla –El tanque de gasolina está lleno

Thomas sonrió y le hizo un gesto a Aris que estaba de rodillas revisando los neumáticos de un pequeño auto verde Aris levantó la vista y asintió mientras se ponía de pie, Thomas se acercó a la camioneta y Teresa le lanzó las llaves, Aris a los pocos segundos se encontraba junto a ellos.

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora