XXIV

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Comenzaba amanecer y ellos caían rendidos de placer.

Durmieron unas horas, betty despertó primero. Armando la tenía abrazada con fuerza mientras su cabeza descansaba en su cuello. Su vejiga la estaba reclamando, entonces como pudo se safo de su agarre y fue al baño.

Le dolía mucho el cuerpo como si hubiera hecho mucho ejercicio y no era para menos las actividades de la noche anterior. Pensaba que Don Armando tenía razón tendría que comenzar a hacer ejercicio para seguirle el paso, ella sabía que el se ejercitaba de vez en cuando y estaba en muy buena forma. Y que buena forma estaba su Armando pensaba mordiéndose el labio.

Volviendo a su cuerpo había otras partes que dolían diferente pero de una manera rica.

Una vez que termina, se limpia, se lava las manos y sale del baño.

Don Armando seguía dormido, no era consciente aún de la hora que era pero decidió preparar el desayuno para los dos.

Se fue a su cocina ella aún estaba desnuda le sorprende lo cómoda que se a vuelto en su cuerpo, el comenzar esta aventura con su jefe la había llenado su autoestima. Busca un mandil y se lo pone para no quemarse. Estaba la opción de regresar y ponerse algo pero no quería despertarlo.

Comienza a revisar que había para comer ambos, había huevos y tocino. Decide hacer eso con pan tostado.

Comienza a preparar todo, ya que era realmente sencillo y rápido.

Armando mientras tanto, el rico olor a tocino lo despierta con un fuerte rugido de su estómago reclamando alimento. Se estira de una manera rica en sus sábanas que olían a ella. Se da cuenta que no está y comienza a atar cabos que seguro le estaba preparando el desayuno. Ninguna de sus conquistas o sumisas había tenido esos detalles con el, o más bien a ninguna les había dejado quedarse a dormir. Paro esa línea levantándose para ir al baño luego averiguar que le había preparado su Betty.

Sale del baño Armando decide ponerse sus boxers negros, algo ajustados pero que se le veían bien. Camina por el pasillo y lo primero que ve es una Betty inclinada buscando algo en los estantes de abajo. Regalándole una vista de lo más placentera de su culito de bombón, como caían sus pechos medio sujetos por lo único que llevaba era un mandil.

Esa mujer lo iba volver loco de placer, ante la vista en menos de un minuto su cuerpo había reaccionado.

Se queda apoyado en la pared viéndola cocinar.

Hasta que Betty siente su mirada, por instinto voltea y lo ve de lo más sexy apoyado en la pared solo con sus boxers justo lo que estaba pensando en su cuerpo ejercitado.

Ella le sonríe, y dice.- Buenos días, Don Armando.- con su voz que le provoca ternura a él.

Buenos días, Betty.- se acerca y le da un beso.- Que es esto ah, me hizo el desayuno?

Si, Don Armando quería tener un detalle ya que estaba durmiendo tan profundo no lo quise despertar.- le contesta Betty.

Gracias, dormí muy rico, hmm con que un detalle, tendré que comérmela más seguido hasta el amanecer para que siga teniendo estos detalles.- le dice y la vuelve a besar un poco más profundo esta vez.

Betty solo se sonroja y le dice.- siéntese ahora le sirvo su plato.

El obedece y se sienta en la mesa.

Betty sirve los platos de huevos revueltos y tocino aparte junto con jugo de naranja. Betty se iba sentar frente a él pero Armando le ordena que se siente a su lado.

Betty obedece, Armando toma el tenedor tomando comida y la acerca a la boca de ella.- Abra grande princesa.- le dice y ella lo hace.

Se siente como una niña, pero a la vez le parece un acto tan lindo de sumisión y cuidado por parte de él. La alimenta hasta que ella termina todo su plato y también le acerca el jugo con una pajita para que lo beba.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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