10.

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A diferencia del día soleado de ayer, hoy el cielo se había despertado nublado y con pinta de llover. Dicen que cuando alguien fallece y llueve es porque le han abierto las puertas y ya ha sido bien recibido, quizá ahora todo tenía sentido.

Juanjo seguía deambulando de un lado para otro, con la mirada perdida pero manteniendo una sonrisa por él, por Martin.

- El funeral empieza en 1 hora. Cogemos un taxi.

- Lo que tú prefieras - Martin le abrazó. En la vida había dando tantos abrazos como esos días.

Una vez que llegaron vieron a simple vista dos grupos de personas, las que entre lágrimas y risas recordaban pequeñas anécdotas que habían vivido junto a él y, por otro lago, la zona donde se palpaba una tensión y una tristeza en el ambiente, algo muy normal en esos casos, pero en esta ocasión resultaba hasta incómodo ese silencio sepulcral. Las manos de ambos se habían vuelto a encontrar tras bajar del taxi y no se habían vuelto a separar.

Juanjo se había acercado a un pequeño grupo de viejos conocidos de la infancia. Martin a su lado volvió a escuchar la misma voz de ayer, pensó que eran imaginaciones suyas hasta que le vio.

- Disculpad, vengo ahora. - interrumpió Martin la conversación. - ¿Estás bien? - Juanjo fue tras él.
- Si, no te preocupes. Vuelve con ellos

El Martin que era tan valiente y que le resultaba indiferente lo que le habían hecho huyó, huyó para evitar enfrentarse a la realidad.

Sin que se diesen cuenta, Martin cogió un taxi y volvió al piso de su amigo, afortunadamente cada uno tenía unas llaves.

Recogió toda su ropa y aprovechó para dejarle una notita en la nevera. Una vez todo en su maleta, revisó que no faltaba nada y se dirigió a la puerta. Un suspiro acompañado de una lágrima fue lo único que vieron esas paredes antes de que cerrase la puerta, definitivamente, para él.

 Un suspiro acompañado de una lágrima fue lo único que vieron esas paredes antes de que cerrase la puerta, definitivamente, para él

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La lluvia que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora