46. La final

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Eliza

El partido de la final es hoy.

Y mentiría si dijera que no estoy nerviosa.

―Es un poco temprano para que empieces a preocuparte ¿no lo crees?

―Si me preocupo ahora, o me preocupo más tarde, el tema es el mismo ―bufé―, estaré nerviosa de igual manera ―tomo mi mano entre la suya

―Lo harás bien, ganaran ese trofeo y tú seguirás siendo una gran jugadora ―sonreí al contemplarla, su cabello castaño estaba suelto, la parte de sus costados los amarro con un moño blanco, sus mejillas se notaban un poco encendidas, y sus labios estaban con una capa de gloss

Sin poder evitarlo, me acerque a ella, y no dude en besarla cuando una sonrisa se formó en sus labios. Con delicadeza tome su labio inferior entre los míos, dejándome llevar por la sensación y el sabor que eso provocaba, el beso fue lento, despacio y tierno, hasta que me aleje de ella y limpie un poco el desastre que había hecho en sus labios.

―Que guapa vas hoy ―sus mejillas se encendieron

―Que manera de distraerte buscaste ―solté una risa ante eso

Deje el último beso en sus labios una vez que llegamos a la escuela, la ayude a bajar, y entramos a la escuela.

―La parte buena es, que las clases terminan antes

―La única ventaja

En el camino hacia mi casillero sentí un par de miradas encima nuestro, pero no le tome importancia, era normal que nos miraran cada que había un juego importante, pero usualmente lo hacían más en el almuerzo, note que Stella pegaba más los libros a su pecho, y empezó a jugar con sus dedos, entonces entendí que tener muchas miradas encima de ella la ponían nerviosa.

―¿Te acompaño a tu casillero?

―No, ya estamos en el tuyo ―me sonrió―, mejor no te atrases

Enarque una ceja al ver que miraba para ambos lados de reojo, había un par de chicos en el pasillo, pero ninguno nos tomaba en cuenta.

―¿Sucede algo?

―No ¿Por qué la pregunta?

―Bueno, te noto nerviosa

―No es nada, recordé que tengo un trabajo importante a la primera hora, es todo ―se acercó a mí, y vi sus intenciones de dejar un beso en mi mejilla, pero se retractó, solo se quedó en su lugar―. Nos vemos luego, Eliza

No le dije nada, no la detuve, no la llame, solo dejé que siguiera su camino, la vi perderse por los pasillos de la universidad.

―Eliza ¿no sabes si en tu bolsa deje mis espinilleras? Ayer no las encontré y...

―¿Sabes si están hablando de mi por los pasillos? ―la corte de pronto, sin dejar de ver por donde Stella se había ido

―Yo pregunté primero ―rodé mis ojos. Al darse cuenta que no le iba a contestar, bufó por debajo―. No, no he escuchado nada de ti en los pasillos ¿feliz?

―No, se que hay un rumor, lo presiento

―¿Por qué crees eso?

Iba decirle que sentí muchas miradas encima de mi mientras entraba a la escuela, pero sabía que me diría que eso era normal ya que hoy hay un juego importante, así que lo descarte.

―No Melissa, no tengo tus espinilleras ―me miro con curiosidad―, siempre reviso mi bolsa antes de salir de casa, y no las encontré

―Demonios, no se quien las pudo tomar, no las encontré esta mañana

Una última partidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora