Capítulo 33

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Tras aquel acto Fizz estaba cansado, sudado y por supuesto "estaba sucio" tanto por dentro como por fuera, el sudor de su cuerpo junto al de Ozzie era algo único y exclusivamente de ellos.

Ozz bajo suavemente a su amado y este quitó sus brazos mecánicos de alrededor del pecado, viéndolo sentado en una especie de cama.

—¿Estás bien, amor?...—

Podía verlo totalmente rojo del rostro, sudado, respirando como si viniera de un maratón, con sus piernas recargadas en la cama un tanto dura y su entrada y parte de su ropa manchada de las semillas de ambos.

Fizz no respondía solamente miraba a la nada, asintiendo lentamente, era una escena que solo Ozz podría disfrutar a solas. Sonrió y lo tomó con toda la delicadeza del mundo.

— Ven, mi amor. Te ayudaré a limpiarte...—

Lo tomaba con mucho cuidado, no podía pararse del todo bien, sentía temblar sus piernas como gelatina y Ozz era consciente de ello, no podía negar que se sentía satisfecho con su "trabajo".

Iba a continuar cuándo se abrió la puerta y unos pasos se escuchaban, Asmodeus se puso algo alerta y cubrió con su cuerpo a Fizz, viendo de reojo la llegada de un canino que estaba de pie frente a ellos, encapuchado y con un antifaz en su cara.

—¿Qué es lo que se te ofrece?...—

Dijo en un tono profundo y totalmente serio, amenazante incluso, no permitiría que viera a su amado en ese estado tan vulnerable, haciendo que este mismo pequeño se hiciera más en medio del cuerpo de Ozzie para que no lo viera.

—Que se acerque el payaso...—

— No dejaré que se lo lleven a ningún lado sin mí.—

Asmodeus por supuesto que no iba a aceptar si quiera que Fizz se acercara, pero, el canino sacó las llaves de las esposas del menor.

— Tranquilicese "su majestad"... —

Se burlaba de cierta manera, en un tono que para él era bastante gracioso hacia Ozz; si era un rey, pero, un rey que estaba tras las rejas.

—Le conviene que el payaso venga...—

Cuando vió las pequeñas llaves, enseguida lo entendió y molesto, subiendo de forma delicada y disimulada los pantalones del menor, quién hacía todo el esfuerzo por caminar de la forma más correcta posible, pero, se le veía que no podía del todo.

Estando ambos cercas, estiró sus manos temerosas y el canino endemoniado, le tomó de su brazo de una forma brusca, chocando contra la reja, haciendo que Ozzie se molestará emanando su fuego;  queriendo ir a detenerlo para que no maltrataran a su payasito. Pero, las esposas del mismo rey se activaban evitando que saliera su poder demoníaco, sintiéndose débil por un momento.

—¡Ngh-! —

Le lastimaba un poco como lo tomaba, pues estaba apegado a la reja el pequeño IMP.

«Carajo...»

Pensó el pecado de la lujuria, mientras que estaba el canino demoníaco metiendo la llave en la ranura de las esposas y miraba de reojo al IMP que estaba en contra de la reja, este al ser más alto le susurró cerca de su contrario.

— Si que eres su mascota inútil y promiscua... Apestas a tu puto y pretencioso dueño...—

El payasito abrió los ojos sorprendido y lo miro de reojo a ese Can quien disfrutaba humillarlo; el perro demoníaco le  soltó empujándolo contra el suelo, cayendo de espaldas.

—¡FIZZ!...—

Asmodeus recuperándose fue a ayudarle a levantarse. Fizz le observaba con algo de vergüenza, pues pareciera que ese can sabía lo que habían hecho dentro de la cárcel, pero, Fizz no diría nada.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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Helluva Boss: Saltos del corazón (Ozzie (Asmodeus)x Fizzarolli)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora