Epilogo: Notas del Porvenir

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El monitor pitaba al ritmo de las pulsaciones. El dosímetro tronaba aceleradamente cuando el hombre con traje protector lo pasaba sobre el cuerpo semidesnudo de la joven rubia. Otros médicos trajeados le suturaban las heridas abiertas. Unos atendían las de su abdomen, otros la de sus muslos y brazos.

Cameron estaba tendida en una cama de hospital, entubada y rodeada de cortinas transparentes con aperturas donde los médicos podían pasar sus manos para tratarla. Además, tenía media cara vendada, solo su ojo derecho y labios eran visibles.

El medico con el dosímetro se separó y guardo el aparato. Afuera del cuarto había otro par de hombres con traje, pero armados con rifles. Pasaron unos minutos cuando la puerta se abrió y los guardias escoltaron al grupo de médicos con la camilla por el pasillo. Las luces del ala medica pasaban sobre el inerte cuerpo de Cameron.

En la sala de espera, Charles caminaba de un lado a otro, el coronel Cyrus estaba recargado en una pared junto a Paula, quien estaba sentada en un sillón, mordiéndose las uñas y con una pierna temblando. No paso mucho cuando uno de los hombres trajeados llegó, no sin antes pasar por un punto de descontaminación improvisado.

—Doctor, ¿Cómo está mi niña? ¿Se encuentra bien? —preguntó Charles apenas lo vio. El medico se quito el casco del traje y suspiro.

—La joven esta estable, por ahora. Hay que seguir pendientes de ella, pero parece que esta fuera de peligro —dijo el doctor. Todos suspiraron aliviados.

—Gracias, Dios mío —dijo Charles.

— ¿Podemos pasar a verla? —preguntó Paula, secándose las lágrimas.

—Me temo que no. La radiación absorbida es demasiada y el riesgo de contaminación es elevado. La llevamos a una capsula para que los residuos radioactivos en su exterior sean removidos y no pueda contaminar al personal. No puedo asegurarles cuanto tardara, pero los mantendré informados —dijo el médico.

— ¿Y no puede hacerse nada con la radiación en su sistema? —dijo Cyrus.

—Con esas cantidades... Dudo que pueda hacerse algo —dijo el doctor. Charles sintió un hueco en el estómago.

—No, no. Tú también no, Cameron... —se lamentó Charles, mientras Paula lo consolaba acariciándole el hombro.

— ¿S-seguro que no hay nada que hacer, doctor? —dijo Paula.

—Nosotros no... Pero parece que ella se las esta arreglando sola... —dijo el médico.

— ¿Qué quiere decir con eso? —preguntó Charles. El medico aclaró la garganta.

—Uhmm... Cuando la paciente ingreso, le hicimos una prueba para ver los niveles de radiación en la sangre, y rebasaban todas las medidas... Pero, después de retirarle los restos de cristales incrustados y tartar las heridas, volvimos a hacerle otra prueba... Y sus niveles bajaron considerablemente —explicó el doctor.

— ¿Qué?... ¿Cómo es posible? —dijo Paula.

— ¿Le dieron Células G o algo así? —dijo Cyrus.

—No le dimos nada parecido. En las horas que estuvimos atendiéndola, la radiación en sus sistema disminuyó sin explicación alguna... O bueno, una que aún no sabemos. Por eso la mantendremos en observación y le haremos más estudios para saber que esta pasando. Por ahora, pueden estar tranquilos... La muchacha esta viva de puro milagro —concluyó el médico. Le agradecieron y se retiró. Charles se acomodó el cabello y fue a sentarse.

—Qué interesante... Interesante de verdad... Ya sabía que Cameron era una chica especial, pero no esperaba que de esa manera... —dijo Paula con una mano en el mentón.

Godzilla: End of Times (Vol.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora