Epílogo

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Marta.

—un poco de pinta labios por aquí— dijo el maquillador terminándome de perfilar los labios —estás impresionante chiquilla.

Me levanté de la silla en la que estaba hacía un espejo de cuerpo entero que había a mirarme como había quedado el maquillaje y el peinado. Casi se me saltan las lágrimas de lo guapa que me había dejado.

—Dios mío haces magia Manuel, me encanta— le felicité por el trabajo que había hecho conmigo.

—con una cara tan bonita como la tuya muy difícil no era— me halagó él y yo me acerqué a darle un abrazo —con cuidado, te vayas a fastidiar ahora el maquillaje o el peinado— me advirtió haciendo que yo soltase una carcajada.

Hoy después de siete años juntos Eric y yo nos casábamos.

Al final el año pasado cumplió su promesa de cambiarme el anillo que me regaló en el concierto de Della por uno de compromiso ya serio.

***Flashback***

Por nuestro sexto aniversario Eric me había regalado un viaje por la Provenza y ahora mismo estábamos yendo a subirnos en unas mini barquitas para ver el atardecer en las Gargantas de Verdon.

— Ostia Eric esto es impresionante— dije admirando todo el paisaje y las increíbles aguas azul turquesa.

—La verdad que es precioso, pero no más que tu— habló haciendo que me sonrojase.

Estuvimos un rato remando de un lado a otro para ver el paisaje hasta que decidimos parar un rato ya que el brazo lo teníamos muy cansado.

—ven, vamos a hacernos una foto— me propuso mi novio acercándose más a mí.

—¿Tú pidiéndome una foto? ¿Quién eres y qué has hecho con Eric?— bromee ya que él nunca quería hacerse fotos.

—Anda no seas tonta ven.

Primero nos hicimos una foto sentados en la barquita, pero Eric decía que se veía mal y que mejor de pie.

—Ni de coña me pongo de pie aquí amor, que esto tiene menos estabilidad que yo.

—mira si no pasa nada— dijo poniéndose de pie y empezó a saltar.

—¡ illo Eric para!— exclamé riéndome, aunque tanta gracia no me hacía ya que en cualquier momento nos íbamos a caer.

—venga ponte de pie— pidió poniéndome pucheros y yo negué con la cabeza —porfa, porfa, porfa.

—Bueno vale pero cállate ya— acepté agarrando su mano para levantarme.

—ves como no pasa nada— dijo volviendo a saltar. —¡ay que me caigo!— gritó cayéndose.

Cuando fui a echarle la bronca por saltar, me lo encontré arrodillado y con un anillo en la mano, no me lo podía creer.

—Hace unos años te prometí que te iba a dar uno de verdad, el definitivo, por eso hoy te pregunto ¿quieres casarte conmigo?— preguntó súper nervioso, parecía un flan.

—Si quiero— dije extendiéndole mi mano para que colocase el anillo.

Las lágrimas de felicidad no paraban de salir de mis ojos.

Ya era oficial, Eric y yo nos casábamos.

***fin del flashback***

Así que desde ese momento empezamos a preparar nuestra boda hasta día de hoy.

Terminé de ponerme el vestido y casi se me saltan las lágrimas.

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𝑫𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒂𝒍 𝒐𝒅𝒊𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒖𝒏 𝒑𝒂𝒔𝒐 (minibuyer y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora