COMA UNO, QUÉDESE CON DOS

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*SEMANAS DESPUÉS*

"Brida"

—Él no podrá venir.

—¿Por qué? Él ha dicho que estaría aquí hoy.

—Decir es muy distinto a cumplir, no vendrá. Será mejor que nos vayamos se nos está haciendo tarde.

Anuncio con voz apagada. Tomo mi bolso y abandono la casa. Amara hace lo mismo siguiendo mis pasos, sin pronunciar palabra, y lo agradezco de corazón lo menos que quiero ahora es hablar.

Ambas caminamos hasta la parada del colectivo, me detengo por unos segundos ya que se me es imposible no cansarme con este enorme vientre. El trabajo en la cafetería no había estado dándome problemas, sin embargo en las tres últimas semanas estoy sintiéndome con más fatigas y molestias.

Tome una decisión que hizo que estuviera en depresión durante varios días, y es que congele el semestre en la universidad. Es difícil de explicar, me sentía completamente ahogada, aunque cumplía con todo lo pedido y pasaba las pruebas el cansancio hacia malla en mí fuertemente, pero de eso se trata la vida de luchar hasta llegar a la meta aunque te cueste. No estoy renunciando a mi título, ni muchos menos rindiendome. Tan sólo estoy actuando bajo la situación actual sin perder el eje de mi vida.

—A veces pienso que tendré un dinosaurio, es enorme.

Me burlo de mi gran vientre.  La adrenalina invade mi cuerpo al pensar que hoy por fin sabremos su sexo, y pido a Dios se deje ver hoy, si no lo hace tendré que comprar ropa Unisex

Pero así como la adrenalina  y emoción invade mi cuerpo. El miedo y sosiego también lo navegan.

Miedo a que algo salga mal durante el parto, si seré capaz de traerlo al mundo de manera normal. ¡Mierda! son tantas  las cosas en la que mi mente me hace divagar.

—A lo mejor y tienes mucho líquido, o algo así. La doctora nos dirá hoy.

—Si, a de ser algo así, o si es dinosaurio...

El colectivo llega después de unos cinco minutos de espera ambas partimos al centro. La ciudad está muy movida por lo que el tráfico es horrible.

—Quiero hacerte una pregunta Amara y quiero que seas honesta.

Miro por la ventana enfocando mi vista en como los rayos del sol resaltan en los grandes edificios haciendo que su sombra remarque las calles perfectamente.

—Dime, sabes que siempre te digo la verdad.

—¿Tú crees que por culpa de Sebastián y mía, nuestro bebé pueda sufrir?

Mi corazón se encoge de una manera que siento como el aire me falta. Pensar acerca de esta situación me lastima.

—Brida ante muchas personas  lo de ustedes está visto de una forma  insana, desagradable, por mucho que pasen los años  hay personas que con ellos no evolucionan y se quedan ahí. Te mentiría si te dijera que no me dejó desorientada al enterarme de todo, ¿pero quién soy yo al impedir que se amen? Ese bebé no tiene porque sufrir, si ustedes están  con él. Es muy parecido al hecho de como Sebastián y tú deben estar ahora juntos...

Menciona en completa calma y con un ligero tono de voz. Esta siendo sincera, una sinceridad que me otorga Paz al saber que ella no juzga  nuestro gran tormento... Porque  eso es lo que es, un gran tormento que debe terminar pronto, encontrarle una solución.

***

—Parece que tenemos un problema..

Escuchar esas palabras me hacen sentir un hueco horrible en mi mente. La doctora observa hacia la pantalla, mientras remueve el pequeño aparato sobre mi vientre.

En Plena Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora