LO DEMÁS NO IMPORTA (EXTRA)

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*Sebastián*


Le había hecho caso a Brida, sin embargo, aun siento que no fue la mejor idea.

¿Para qué remover el pasado?

Tengo mucho que agradecerle a Verónica, demasiado. Pero nuestra relación se jodio por completo el día que   le confesé mis sentimientos por Brida, y ella claramente nos hizo la cruz a ambos, negándose por completo a cualquier tipo de relación entre y ambos y por supuesto, el embarazo de Brida sintifico todo.

Aunque hubiera querido desentenderme por completo de mis lazos con ella, no puede hacerlo. Mensualmente llega un informe en mi dirección con información se si paradero, lo cual inicie después del accidente de Brida creyendo que ella había sido la culpable, así pues, quise seguir sus pasos por si en algún momento intentaba algo encontrá de ambos, cosa que nunca pasó. Verónica ha pasado rudos estos años viajando por todo el mundo, quizás en un intento de encontrar su felicidad, no lo sé.

Unas semanas atrás Brida llego muy extraña a casa, por un momento creí que se trataba de su salud, por lo que no dude en pedirle que fuéramos al médico, sin embargo, no se trataba de su salud... Había visto y hablado con Verónica.

—¿Dónde?

—Fue a la tienda, me quedé por un momento helada al verla ahí. —argumenta, desde el armario para después salir en ropa interior y con su pijama en las manos.

Recorro si cuerpo, desde la coronilla de si cabeza hasta sus pies descalzos, admirando lo hermosa que es.

—¿Qué quería? ¿Intento hacerte algo?

—No, no. Tan sólo llego y pidió un café con un trozo de pastel de piña. Y dado que percibí que deseaba decir algo, le di la oportunidad. No pude seguir guardando odio en mi corazón, le permití hablar y así quitar un peso que cargaba consigo.

Dice con tranquilidad, comenzando a ponerse el pijama.

—¿Segura?

—Si. Sin embargo, necesitas contactarte con ella, deben hablar de algo muy importante. Ella no te buscará, su orgullo no la dejara.

Camino hasta ella, arrebatando de sus manos los pantalones de pijamas.

—¿Qué haces?

—Impidiendo que castigues de la hermosa vista...

Le indico, tomándola por sorpresa al cargarla y llevarla hasta la cama, donde la dejo con delicadeza para después subirme encima de ella, evitando hacerle daño.

—Estas loco... —réplica, mirándome con reproche—. Piensas que no se lo que intentas hacer. Evadir el tema no cambiará nada...

—Las mejores personas lo están, amor mío... Y en cuanto al otro tema, no deseo hablar acerca de ello, no ahora cuando mi linda mujer se pasea por toda la habitación en ropa interior creyendo que la ignoraré.

Menciono, con seducción. Acaricio su cintura y cadera lentamente comenzando a acercarme hasta su rostro y dejar dulces besos... Ella se relaja acariciando mi cabello dejando salir risitas ante el contacto.

—Bueno, entonces encargate de tu linda mujer primero. Pero después tendrás que hacer lo que te dije, es importante...

Y aquí estoy esperando a que llegue y hablar de lo que sea, que tenga que decirme. Hice una reserva en uno de sus restaurantes favoritos, no me pregunten el por qué lo hice, ya que ni yo mismo me explico, tan solo nació de hacerlo.

—Por aquí...

Un camarero viene hasta la mesa y detrás de él le sigue Verónica, su porte elegante y cabeza en alto como siempre. Al verme una sonrisa pequeña se curva en sus labios, la cual no dura mucho.

—Gracias...

Dice con amabilidad al muchacho, tomando asiento frente a mí. Por un par de segundos nos quedamos observando mutuamente, así pues, noto como las expresiones de su rostros se han ido deteriorando un poco y su mirada parece más apagada que antes, no obstante, sigue luciendo hermosa y reservada.

—Luces bien.

Es lo único que se me ocurre decir para romper el silencio. Nuevamente vuelve a aparecer la pequeña sonrisa y alude con tranquilidad.

—Tú también. Me da gusto de verte así, Sebastián.

—¿De verdad te da gusto saber que la mujer que amo es mi prima, con la cual tengo dos hermosos hijos?

Mucha calma de mí parte, pintar caritas bonitas donde no hacen falta... no soluciona nada.

—Cada quien viví su vida como quiere.

—Eso no pensabas anteriormente.

Réplico, arqueando una de mis cejas.

—Eso ya no viene al caso, Sebastián. No soy de sacar el pasado, ese me gusta dejarlo enterrado, sin embargo, necesito desenterrarlo para así poder encontrar un poco de paz. Seré breve y no deseo que hagas preguntas, tan solo escucha, de nada vale preguntar por algo que no vale la pena...

Menciona con voz, impostada, levantando su mano haciendo señas al camarero.

Minutos después aun permanezco en silencio en espera de que hable de una vez por todas y deje el misterio, pero no lo hace, no hasta que el camarero regresa con su pedido... Una botella de vino de sus favoritos y dos copas, acepto una y con una mirada fría le animo animo a que hable.

—Brida y tú no son familia, nos los une ningún lazo sanguíneo. Tu madre fue una pequeña a la cual adopte recién nacida e hice pasar por mi hija biológica, y no por las razones que piensas, lo hice porque de verdad esa niña merecía una vida mejor fuera de toda la porquería a la que su madre estaba acostumbrada...

Brida no es mi prima.

No somos familia.

No nos une ningún lazo sanguíneo.

No me une ningún lazo sanguíneo con la familia Blanco...

Dios.

—Cuando tu madre cumplió la mayoría de edad tomo la decisión de irse de la casa, había conocido a alguien de nuestro mismo círculo social, sin embargo, esa relación no trajo nada bueno y cuando se entero que estaba embaraza y él no se haría cargo se volvió loca y tomo malas decisiones, así que antes de que se creará un escándalo que pudiese dañar la imagen de la familia la lleve a otro país hasta que te dio a luz sin embargo, no quiso saber nada de ti y como si nada hubiera pasado desapareció sin dejar rastro, olvidando por completo lo que dejaba atrás... El resto de la historia ya la sabes.

—Después de todo la sangre Blanco no corre por mis venas, me has engañado por años. —argumento  con, frialdad.

Dios.

—Para mi eres un Blanco de pies a cabeza, nunca jamás vuelvas a decir eso. Mía y tú son lo más grande que tengo, y si hice todo lo que hice, fue por amor. No me interesa quien te llevó nueve meses en el vientre,en lo que a mí respecta eres mi hijo, y me siento orgullosa en el hombre que te has convertido, lo demás no importa Sebastián...










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