Capítulo 25

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Tania ya se había duchado cuando Bruno comenzó a abrir los ojos. Ella sonrió mientras él se estiraba perezoso y la miraba desde la cama.

-¿Qué...?, ¿nos hemos acostado?-Tania rio sin poder evitarlo.

-¡No!

-¿Y se puede saber qué hago en tu cama?

-Me parece increíble que no te acuerdes de lo que pasó ayer.

-Me acuerdo de algunas cosas; que salí de fiesta con David, que luego llegaste tú, que poté, y... oh, mierda.

-¿Qué ocurre?

-Que estuve a punto de besarte bajo la lluvia. Dime que lo he soñado.

-No, no lo has soñado.

-Joder...-Bruno se tumbó de nuevo y se tapó con el hedredón.-No sabes lo mal que me siento.

-No pasa nada.-Ella sonrió al ver la vergüenza de Bruno.

-¿Por qué no me diste un tortazo?

-Porque estabas borracho.

-Joder, no sabes la vergüenza que siento.

-Da igual, en serio, aunque a la siguiente contrólate un poco.

-¿Y después de eso dormimos en la misma cama?

-No, yo he dormido en el sillón.-Bruno dirigió la mirada al medio-sofá que había en la esquina de la habitación.

-¿Me estás vacilando?

-No. Potaste de nuevo en el baño.

-Tania... ven aquí...-Bruno abrió sus brazos con una gran sonrisa. Tania se acercó y lo abrazó.-Pero qué buena eres...

-Ja, ja.-Ella hundió su cabeza en el hombro de Bruno.-Supongo que tendrás un dolor de cabeza terrible.

-Sí, un poco, la verdad.-Dijo volviendo a estirarse.

-Te traeré una pastilla que hace milagros.

-Uy, a parte de salir de fiesta resulta que te drogas... ¿qué es lo siguiente?

-Contrabando de armas y espía de la CIA.

-Ja, ja. Oye, ¿Valeria y Marta?

-Marta vino cuando ya estabas dormido a saludarme y según me dijo Valeria se había liado con un tío y luego... bueno, se sabe.-Tania se acercó con el baso de agua y la pastilla y se los tendió a Bruno.

-Ah... Espera, ¿qué hora es?

-Las 10:00, ¿por?

-¡Llegamos tarde a clase!

-Hoy nos toca pasar 24 horas juntos, por si se te había olvidado.

-Joder... no te importaría pasar el día durmiendo, ¿verdad?

-Por mí iría a clase; eres tú el que se empeña en seguir los retos esos.

-Agh... ¿Te importa que me duche?

-Adelante.-Bruno se levantó de la cama tambaleándose un poco y se encerró en el baño. Tania se sentó en la cama y encendió su móvil: 16 llamadas perdidas de David. Mierda. Salió de la habitación y se dirigió apresuradamente a la de David. Cruzó varios pasillos y cuando estuvo enfrente de su puerta, llamó enérgicamente. Él no tardó en abrir, y cuando lo hizo dejó a Tania boquiabierta: Estaba tan solo con unos boxers, y su cuerpo era... Bueno, estaba bastante bien. Ella apartó la mirada apurada y se encontró con los castaños ojos de David, que la miraban de una forma extraña: Parecía estar preocupado por algo. Ella iba a hablar, pero no le dio tiempo porque él enseguida cruzó el umbral y la abrazó.

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-No sabes lo angustiado que estaba.

-Sí, acabo de ver tus llamadas. Creo que lo tenía en silencio.-Ella sintió la cálida piel del chico, su perfume,  sus fuertes brazos apretándola... 

-¿Estás bien?, ¿qué pasó?

-Bruno comenzó a vomitar y al final lo acompañé hasta aquí.

-Joder, me cago en el puto Bruno.

-¿Tú tampoco vas a ir a clase hoy?

-Tal vez vaya más tarde. La verdad es que me acabo de levantar.

-Yo tengo que pasar 24 horas con Bruno...

-Joder.

-Ya.

-Oye, ¿mañana tienes el día libre?

-Sí, creo que sí.

-Bien, no sé si te apetecería ir al cine, o a algún lugar en especial...

-Claro, podemos ver qué películas dan e ir.

-Perfecto, eh... ¿qué te parece si mañana a las cuatro paso a buscarte?

-¿A mi habitación?

-Claro.

-Podríamos quedar en la entrada.

-Queda mejor que pase a recogerte.

-Ja, ja, de acuerdo.-Tania sonrió y se dispuso a volver a su habitación, no sin antes echar un último vistazo al monumento que tenía delante. Aún no se le había borrado a su sonrisa cuando entró en su habitación y se encontró con un espectáculo mayor: Bruno, con cara de inocente, se encontraba entre las dos camas, vestido con un top de Tania y unas mayas que le quedaban enanas.

-¡¿Bruno?!

-Ups.

-¿Se puede saber qué haces?

-La ropa que tenía está vomitada...

-¿Y decides ponerte la mía?

-Eh, tampoco me queda tan mal... ¿no?

-¡Quítate eso antes de que me lo agrandes!

-¿Te hago un espriptis aquí en medio?

-No, pero... ¡Agh!

-¿Qué?

-Métete en el baño y quítate eso.

-De acuerdo.-Bruno se metió en el baño y cuando salió lo hizo tan solo con una toalla atada en la cintura.

-¡Bruno!

-¿Mejor?

-Ya he tenido suficiente por hoy, en serio.

-¿Estoy sexi?-Salió por completo del baño y dio una vuelta con las manos en alto. Al contrario que David, Bruno no tenía los músculos increíblemente marcados y unos abdominales de infarto. Él era simplemente... normal. -Yo creo que me quedaba mejor tu top. Eso sí, tengo una pregunta muy importante: ¿Cómo te caben las tetas en eso?

-¡Bruno!

-No quiero que se malinterprete nada, pero...

-¿Me estás llamando plana?

-¿Eso es malo?

-¡Sí!

-¿En serio?-Él parecía estar confuso de verdad.

-No te hagas el tonto.

-En serio, a mí no me parece nada malo.

-Claro, entonces explícame por qué no te acostarías con una plana.

-¿En qué momento he dicho yo eso?

-Nadie lo dice pero todos lo hacen.-Tania se acercó al armario para buscar algo que ponerle a Bruno. Él se acercó por detrás y poniéndole las manos en los hombros hizo que se girara.

-Tania.

-¿Qué?

-No todos pensamos así.

-Ya, claro.

-En serio.

-No, puede que no os importe, pero siempre priorizaréis una tía buena a una que no.

-No, de hecho no.

-Vale, Bruno, que eres diferente.

-Lo digo de verdad.

-De acuerdo. ¿Quieres que te felicite o algo?

-No, quiero que dejes de pensar que estar plana es algo malo.-Tania bufó y sacó un chándal oversize que usaba para estar por casa y se lo tendió.

-A mí me queda enorme, así que a ti por lo menos te caberá.-Bruno se metió en el baño y Tania esperó a que saliera con el chándal puesto: No era su talla ideal, pero al menos era ponible.-Bueno, ¿quieres que pasemos el día entero durmiendo?

-No, tengo un plan mejor.

-Uy, ¿y eso?

-Bueno, pues la verdad es que ayer, y hoy, me has tratado y cuidado muy bien.-De pronto parecía tímido-Y eso que no tendrías por qué haberlo hecho. El caso es que para darte las gracias, voy a llevarte a hacer algo que te va a encantar.

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