XXVIII

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—¡Jeramaia! ¡Maldita sea! ¡¿Dónde está Pérez?!

—Señor lo he estado buscando. Pareciera que se lo ha tragado la tierra.

—Patrañas ¡Haz tu maldito trabajo!

—Estoy en ello señor. Pero no es tan fácil como en RedBull ring. Al parecer Cristian Horner está decidido a esconderlo de usted y del resto del mundo.

—¡Me importa una maldita mierda!

Conectaré con mis aliados. Buscaré a Pérez.

—Si no está en mi departamento en Mónaco antes de qu acabe la.semana consideraste un hombre despedido.

Max ya estaba desesperado. Habían pasado tres días después de la carrera de Silverstone y cinco desde que nos ve a Checo. No sabe nada de él y el maldito escándalo iba creciendo con cada día. El desespero estaba colmando su paciencia.

<<¿Por qué Checo no me ha llamado?>>

Marcó una vez más el número del mexicano que seguía mandándolo a buzón. Ya no podía más, tenía ganas de salir corriendo a buscarlo el mismo.

La puerta de la habitación de su hotel lo tentaba a salir. De pronto unos toques en esta lo sacaron de sus sombras y Max corrió con esperanza a abrir. Desgraciadamente para él no era la persona que quería sino la odiosa mujer que no había parado de acosarlo y perseguirlo desde la carrera.

—¿Qué haces aquí? —dijo secamente.

—Lo obvio —respondió ella.

—No tengo tiempo para esto  Kelly —Max se encontraba agotado y apretó con sus dedos el puente de su nariz.

—Se lo que sientes Max. Es ridículo y enfadoso que un tipo como Pérez este poniendo en riesgo tu próximo campeonato— dijo ella asomándose al interior de la habitación—. Ahora ¿Me dejarás pasar?

—Vete Kelly —Max estaba al límite. No tenía tiempo de lidiar con la niña caprichosa.

—Max, viaje aquí para estar contigo. La prensa creará rumores si no nos ven juntos, además ya va siendo hora de anunciar nuestra boda

Max sintió como si le hubieran arrojado un balde de agua fría encima. Miró a Kelly quien miraba su móvil ajena al fuerte escrutinio que él tenía sobre ella. Estaba loca si creía que iban a casarse. No después de que Checo llegó va su vida. No después de haber experimentado todo eso que el mexicano le provocaba.

—¿Te has vuelto loca? —dijo Max.

—¿Me dejarás pasar? Te aseguro que mi plan podría funcionar —Kelly estaba ciertamente convencida de que si no aprovechaba esa única oportunidad para consolidar su relación con Max este acabaría con todo. Y lo que menos deseaba era perder ese estatus de mujer del tricampeón del mundo.

Max ya no quería seguir con aquella conversación. En realidad quería salir a las calles de aquel país en busca de su único interés. Ya no podía pasar otro día sin verlo y escucharlo. Algo se instaló en su pecho al  evocar a Sergio.

—Mira Max, no se porqué complicas tanto las cosas. Mis padres te dieron un campeonato a cambio de una sola cosa. Ahora te niegas a cumplir con ello.

—Ellos no me dieron nada —soltó Max furioso.

—Yo creo que sí —sentenció ella segura de que con sus amenazas Max cedería.

—No tengo tiempo para esto

Max estaba a punto de cerrar la puerta en la cara de Kelly pero ella dijo algo que lo detuvo.

—Yo se dónde está Pérez —soltó la mujer mirando directamente a Max. Ella sabía que aquello atraería su atención real.

SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora