Capítulo 29: La Hora del Juicio

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El tribunal estaba en silencio mientras Dulce María Espinoza se preparaba para dar su testimonio. Sabía que este juicio no solo era crucial para recuperar a Valentina, su hija con Christopher Uckermann, sino también para enfrentar las consecuencias de todo lo que Alejandro Hernández le había hecho. El secuestro de su hija había sido el golpe más cruel en la larga cadena de venganzas que Alejandro había orquestado después de que ella lo abandonara.

El juez dio inicio a la audiencia, y el abogado de la defensa llamó a Dulce al estrado. Christopher, siempre a su lado, le dio una mirada de apoyo mientras ella caminaba hacia el centro de la sala.

— Señora Espinoza, sabemos que estuvo casada con Alejandro Hernández. ¿Puede explicarnos las circunstancias que llevaron a su separación?

Dulce respiró hondo y empezó a hablar, su voz firme pero llena de emociones.

— Mi matrimonio con Alejandro estaba mal desde hacía mucho tiempo. Él era adicto al trabajo, pasaba todo el tiempo fuera, y yo me sentía completamente sola. Al principio intenté salvar nuestra relación, pero la distancia emocional entre nosotros se hizo cada vez más grande. Un día conocí a Christopher, y fue como si volviera a sentirme viva. Él me dio ese amor y cariño que hacía mucho tiempo no sentía.

El abogado la escuchó atentamente y luego preguntó:

— ¿Alejandro intentó hacer algo al respecto cuando notó que la relación se deterioraba?

Dulce asintió.

— Sí, lo intentó. Quiso reconquistarme, pero yo ya no podía corresponderle de la misma manera. Estaba profundamente enamorada de Christopher y decidí que lo mejor era dejar a Alejandro para siempre.

El abogado hizo una pausa antes de la siguiente pregunta.

— ¿Cómo fue que decidió dejar a Alejandro?

— Le dejé una carta explicándole que nuestro matrimonio había terminado y que me iba para siempre. No podía seguir con él. Después de eso, me fui a Italia con Christopher, y al poco tiempo nos casamos.

El silencio en la sala era abrumador. Todos estaban atentos a cada palabra que Dulce decía. El abogado continuó.

— Después de su boda en Italia, ¿cómo reaccionó Alejandro?

— Al principio, no hizo nada directamente. Pero luego mandó a un investigador privado a seguirme. Sabía exactamente dónde estábamos, y un día, en un pequeño pueblo de Italia, apareció cuando yo estaba sola. Christopher no estaba conmigo en ese momento, y Alejandro intentó llevarme a la fuerza. Fue un momento aterrador. Me di cuenta de que no solo estaba herido por mi abandono, sino que estaba obsesionado con vengarse.

— ¿Qué sucedió después de ese incidente?

Dulce respiró hondo antes de continuar.

— Regresamos a México, creyendo que ya no habría más problemas. Pero Alejandro estaba decidido a destruirme. Poco después de nuestro regreso, él expuso mi infidelidad con Christopher a la prensa, haciendo público todo lo que habíamos vivido. Fue un escándalo horrible. Me atacaron, me humillaron, y todo por su sed de venganza.

El abogado hizo una pausa antes de tocar el tema más doloroso.

— Ahora hablemos de Valentina. ¿Qué sucedió cuando ella nació?

Dulce sintió un nudo en la garganta, pero sabía que debía continuar.

— Valentina nació en México. Pensábamos que finalmente podríamos ser felices con nuestros hijos, pero Alejandro tenía otros planes. Mientras estaba en el hospital recuperándome del parto, Alejandro se robó a Valentina. Lo hizo con el único propósito de vengarse de nosotros, de hacerme sufrir de la peor manera posible. Me la arrebató, sabiendo que Christopher era su padre biológico. Fue un secuestro.

El abogado asintió, dejando que el silencio reinara unos segundos en la sala antes de continuar.

— ¿Cómo ha sido la vida desde que Alejandro se llevó a Valentina?

Dulce bajó la mirada, visiblemente afectada.

— No ha pasado un solo día sin que piense en ella. Mi vida desde entonces ha sido una lucha constante para recuperarla. Alejandro la alejó de mí para castigarme, y es algo con lo que tengo que vivir todos los días.

En ese momento, el abogado de Alejandro se levantó para hacer su interrogatorio. Se dirigió al estrado, con una actitud desafiante.

— Señora Espinoza, ¿puede decirnos cómo se acercó a Valentina durante el tiempo en que estaba desaparecida?

Dulce miró hacia Christopher, que asintió para que ella continuara.

— Christopher se infiltró en la vida de Valentina bajo la identidad falsa de Luis Martínez. Trabajó como maestro sustituto en su escuela para poder estar cerca de ella sin levantar sospechas. Fue un proceso doloroso, pero hizo todo lo posible para ganarse su confianza y encontrar la manera de reunirla con nosotros.

El abogado de Alejandro asintió, pero antes de que pudiera decir algo, el juez pidió que el siguiente testigo tomara el estrado.

Christopher se levantó y se dirigió al estrado con paso decidido.

— Señor Uckermann, ¿puede contarnos cómo logró encontrar a Valentina y qué hizo para acercarse a ella?

Christopher asintió.

— Fue una tarea difícil. Sabíamos que Alejandro había cambiado los datos de Valentina y la había mantenido aislada. La única forma de acercarme a ella era infiltrándome en su entorno. Usé una identidad falsa, "Luis Martínez", y me hice pasar por maestro sustituto en su escuela. Ganarme su confianza fue un proceso lento y doloroso, pero sabía que era la única forma de llegar a ella sin que Alejandro sospechara.

— ¿Y cómo fue el momento en que la vio por primera vez?

— Fue increíblemente emotivo. Sabía que era mi hija desde el primer momento que la vi. Aunque ella me conocía como "profesor Luis", para mí fue un momento de esperanza. Hablé con ella, traté de hacerle sentir segura y, poco a poco, intenté construir una relación con ella.

— ¿Cómo obtuvieron las pruebas del secuestro?

— Trabajamos con contactos que Alejandro había sobornado en el hospital. Logramos obtener registros y testimonios que confirmaban cómo había sacado a Valentina del hospital de manera ilegal y sin el consentimiento adecuado. Todo estaba documentado y lo presentamos como evidencia.

El abogado de la defensa asintió y el juez tomó nota de las declaraciones. Mientras el tribunal se preparaba para el siguiente testimonio, Dulce y Christopher se miraron, sabiendo que, a pesar de lo difícil que era, estaban más cerca de traer a Valentina de vuelta a casa.

" La Máscara del Deseo " Donde viven las historias. Descúbrelo ahora