CAPITULO 21: CAMBIOS.

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Ragnar regreso a Alex a casa, Alex aún pensaba en todo lo que vio, sin embargo pensaba atentamente en que iba a hacer al ver a su mamá.

Parada frente a la puerta el nudo en su estómago y su garganta se hacían presentes

*Dig dong* —suena el timbre—

—¡Yo voy! —Zac abre la puerta— ¿Alex? —Impresionado sale del apartamento y cierra la puerta— Creí que estabas en Vallarta… tu mamá… Alex, ella está aquí!

—Lo sé, Ragnar me mostró…

—¿Ragnar? ¿Qué hacías con el?

—Es una larga historia Zac, después te cuento que pasó, ¿Qué voy a hacer con mamá? ¿Cómo lo manejaste? ¿Ya sabe?

—No, ella cree que estás contagiada de mi sentido del humor y no para de insultarme, o bueno, a ti, pero hasta ahora he intentado que no sospeche.

—Zac, no se que hacer… no he visto a mamá desde hace más de un año, desde la última pelea no volví más.

—Alex, nena, todo va a estar bien, solo hay que hacer que se vaya.

—¿Te dijo algo del embarazo?

—Ho si! Se molestó y se alteró cuando vio mi pancita y luego fuimos a comprar ropa para Alan.

—¿Alan?

—Sí, ya tiene nombre.

—Cuándo lo decidiste?

—Cuando me preguntó… no había pensado en eso, hasta que me preguntó y pensé en ese nombre.

Alex y Zac entraron a casa, el estómago de Alex se alborotaba, podía sentir el perfume de su madre flotar en el ambiente y un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar su voz.

—¿Alex? ¿Llegó la pizza?

Alex sintió el impulso de contestar, más había enmudecido

—No mamá, no era la pizza —contestaba Zac adoptando su papel.

—¿Y entonces? —Asoma la cabeza por la puerta de la cocina— ¡ha! ¡Zac! ¡Llegaste! ¿Qué te piensas al irte y dejar a Alex muy embarazada y sola? ¡¿Estás consiente que está próxima a parir?! ¡Siempre siendo tan inconsciente!.

Alex seguía inmutada, no sabía que contestar, sus emociones se amontonaban, una mezcla de tristeza, melancolía, alegría, enojo inundaban su ser. Por un momento se sentía alegre al ver la preocupación de su madre, una genuina preocupación.

—Ma… Loren… tuve que irme de emergencia, pero me regresé rápidamente, solo han pasado unas horas, me fui en la mañana.

—¿Horas? Ale..Zac… han pasado tres días desde que te fuiste.

Alex miraba desconcertada a Zac, hace unos momentos se encontraba en el hotel con Clarissa, después estaba con Ragnar en su cabaña y enseguida estaba de nuevo en casa, para ella todo había sucedido en el mismo día.

—¡Buenas noches familia! Recibí las pizzas, huele delicioso! —Entraba Ragnar sin preguntar al apartamento—

Loren miraba a Ragnar un tanto desconcertada, un hombre alto de 1.90 m, tez blanca, ojos verdes como las uvas, cabello negro medio, con una musculatura que se notaba a pesar de la chaqueta de cuero, de alrededor unos 40 años. Era sumamente atractivo.

—¿Y esta dama? —Sonrie y saluda cortésmente a Loren— Soy Ragnar, es un placer.

—Loren, mamá de Alex… mucho gusto…

—Bien… ¡a comer! No hay que esperar tanto, y hace hambre —Seña con la cabeza en dirección a la cocina—

—Adelantate Zac, Alex tenemos que hablar… —Loren toma a Alex de la mano y la aparta—

—Alex ¿Y este hombre? —Decía impresionada— ¿De dónde salió?

—Es un amigo que conocimos hace casi un año —suelta una mirada y sonrisa picara— Te gustó Ragnar ¿verdad?

—Noo ¡como crees! Aunque no está tan mal de ver ¿he? ¿No te gustaría un papá así?

—Ya me los imagino el día de la boda! —suelta la carcajada—

—¿Es soltero?

—La verdad no sé, tendrás que preguntarle —levanta las cejas como parte de su picardia— O le pregunto yo. ¡Ragnar¡

Bruscamente Loren cubre la boca de Zac para callarlo.

—¡Enserio que te has vuelto insoportable!...

Mientras tanto, en la cocina…

—Ragnar —Alex susurraba— ¿cómo que han pasado tres días?

—El tiempo se mide diferente en Force, nos guiamos más por los ciclos de luna, nuestra luna, el tiempo humano es distinto, va más rápido.

—Me hubieras dicho, intenté explicar que me fui por horas y ¡quedé como tonta! —cubría su rostro en son de vergüenza—

—Tranquila, llegué aquí para salvarte,entonces ¿Ella es tu mamá?

—Si, tuve problemas con ella hace tiempo y ahora, es la primera vez que nos vemos, no sé cómo tratar esto, mi embarazo o el de Zac la ha de tener impresionada, ¿Cómo explicarle? Tenemos que aclararle lo que pasó y que yo soy Alex.

—¿Quieres que se vuelva loca? Es muy difícil de entender esto, o ¿no te acuerdas el día en que me conocieron?

—Ya recuerdo… de igual manera ¿Cómo voy a manejar esto? Necesito que se vaya para terminar el embarazo de una vez, que todo vuelva a la normalidad.

—¿Quieres que la asusté? Puedo hacerlo con gusto…

—¡No! Tal vez solo viene de visita.

El sonido de pasos acercándose y un portazo interrumpió la conversación.

—Muy bien! A comer todos! —Entraba de golpe Loren a la cocina— ¿Te sirvo? Ragnar… ¿Verdad?

—Si señorita, muchas gracias.

—¡Iag! La pediste con champiñones?! —Reclamaba Alex con disgusto.

—Obviamente, —Contestaba Zac— no estabas, la pedi a mi gusto…

—¿Y desde cuándo te gustan los champiñones? —cuestionaba Loren.

—Ha… el… embarazo? —lanzaba una mirada de ayuda a Alex.

—Ok… hay que comer —Loren tomaba su pedazo de pizza mientras lo observaba con la mirada perdida— Alex ha cambiado mucho, la desconozco totalmente —Decia en su mente pensativa—.




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