00: Recuerdo que...

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Fué mágica la vez que su mirada ámbar conectó por primera vez con la dorada del moreno. Sintió su mundo detenerse por un segundo, solo fué una presentación a distancia donde sus padres le informaron que el chico de ojos dorados y cabello negro, de rostro antipático era su primo. No sabía por qué había venido con ellos ni cuál era su nombre, tampoco tuvo tiempo de indagar más en el asunto porque fue la primera y última vez que lo vió. O al menos fué así para ella...

Sin consultar con Ámbar, sus padres decidieron comprometerla con el hijo del Alpha Asher, para así lograr acabar con una incansable lucha entre sus manadas. Ella sin pensarlo aceptó, no estaba acostumbrada a desafiar las órdenes de sus padres. Siempre se mantuvo obediente a cada una de sus peticiones, obedeciendo todo lo que le decían. Quizás por eso no le consultaron.

Ámbar sabía más que nadie lo que se aproxima para su vida, omitiendo la inevitable unión con Dany, Ámbar estaba a punto de cambiar de forma. El acto más esperado por cada licántropo en todo el mundo, pero no solo eso, su celo estaba por despertar. Gracias a Lila y su madre, ella pudo evitar que su celo tomara posesión de su cuerpo, logrando con esto mantenerse pura hasta el día en que fuera marcada por su compañero de vida.

Como cualquier lobo, Ámbar quería disfrutar plenamente de aquel supuesto lazo que comparten con su alma gemela, aunque estando comprometida con un lobo que no conocía, le era imposible creer que fuera a experimentar eso en su vida. No sabía si en realidad podía ser capaz de corresponderle a Dany, no sabía si tendría opción a rechazarlo... Y todas esas ganas aumentaron, cuando por segunda vez en su vida volvió a mirar el impactante rostro de su primo.

Esa mirada lejana, su aire indiferente y su forma neutral de responder. La manera tan fría en que sus palabras salían de esos labios delgados y perfectos.

—De ahora en adelante, Gian estará compartiendo la habitación contigo—la voz de Linda la trajo de nuevo a la realidad.

Repentinamente sus padres habían ordenado mudarla de habitación en el instituto, sin importar que ya estuvieran a medio lapso de clase.

—¿Y eso por qué, mamá?—su mirada viajó hasta ver la silueta del chico frente a su actual habitación, parado con un aire neutral mientras sostiene una pequeña maleta.

—No es por nada en especial—esta vez su padre habló—, hemos hablado con el director para que ambos estén juntos y así puedan compartir más tiempo en familia. Gian es muy callado, pero es un buen muchacho—su sonrisa se vió forzada—. Estoy seguro de que se llevarán bien.

Se veía muy extraño, como si ocuktase algo.

El chico se puso cómodo, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y se recargó en la pared.

—Es para que puedas echarle un ojo, le dije a tu tío Loy que iba a cuidar de él. Pero como no estaré, lo dejo bajo tu cuidado.

El moreno vió de reojo a su tía, como si de un mal chiste se tratara.

—No creo que necesite que alguien cuide de él—bufó Ámbar—. Pero está bien, por lo menos tendré alguien con quién hablar, así sea por aburrimiento—se encogió de hombros.

Ámbar de nuevo con ese impulso, observó la mirada perdida del chico. No sabía porqué no podía dejar de verle. Y cuando sus ojos se cruzaron, una corriente bajó por su espina dorsal.

Y allí, empezaría la historia que moldeará el futuro de estos dos chicos. El destino los juntó para escribir su historia, una historia donde sus futuros iban a cambiar por completo. Nada saldrá según lo planeado.

Ni siquiera lo que pasó después.

Ambos conocían muy poco del otro, al principio no tenían intenciones de saber más. Pero la vida los impulsó hacerlo, de una manera que los haría desear haberse conocido antes.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora