Capítulo 11

126 9 3
                                    

— Cuéntamelo todo, Jane.

— Pero, ¿qué diablos quieres que te cuente? Estoy perfectamente.

— Eres una mentirosa, Jane Jacqueline Ross. Y de las malas.

Rebecca prácticamente había arrastrado a su mejor amiga para que saliera. Su presentación personal no era de las mejores, pero al menos había hecho un avance en comparación a la última vez que se habían visto. Incluso ocupaba mas que monosílabos a la hora de expresarse y te miraba a los ojos cuando lo hacía. Progresos son progresos, aunque parezcan insignificantes.

— Hablé con Rosamund ayer y...

— Rosamund tiende a exagerar todo, Rebecca.

— Rosie ve las cosas tal cual son, Jane. No tuvo necesidad de decirme algo para darme cuenta de que no lo has pasado muy bien. Tú me ayudaste cuando lo necesité y creo que te lo debo.

Jane dirigió su vista hacia otro lado y se concentró en un grupo de adolescentes que cuchicheaban entre sí, con las cabezas gachas mientras dirigían miradas lascivas hacia unos jóvenes de su misma edad. Trató de visualizar a su hija mayor entre medio y le fue imposible. Rosie no era dada a salir y nunca llevó a una amiga a la casa. De hecho, dudaba que tuviera alguna ¿Había tenido parte de culpa en ello?

— No necesito ayuda, Rebecca. No creas que a mi no me aburre que me vean como alguien que no se sabe valer por sí misma. Y si llegase a necesitarla, no dudes que serás la primera con quién hablaré.

Bebió un poco de su taza de café y con eso dio por zanjado el tema. Rebecca no quería dar su brazo a torcer, pero sabía que si continuaba insistiendo, Jane la ignoraría y parecería una loca cualquiera hablando consigo misma.

— ¿Dónde piensas quedarte? Tenemos una habitación disponible en casa si es que no tienes lugar. Las niñas estarían más que encantadas.

— Ya tengo lugar. Me costó obtenerlo, pero me mudo mañana en la mañana.

— Tenía entendido que tu hermano te había comprado un departamento...— Murmuró mas para ella que para su amiga— Me tienes que dar la dirección entonces. Puede que algún día te caiga por allá.

Rebecca sabía que Jane lo decía por cortesía. Había vivido enclaustrada los pasados catorce años que la sola idea de imaginársela saliendo por placer era algo inconcebible. Además, aún si fuera verdad, dudaba que quisiera hacerlo si le decía donde viviría. Casi como si estuviera adivinando sus pensamientos, Jane hizo la pregunta mágica.

— ¿Dónde vivirás?

— En la casa de Bruce. Se lo comenté a Rosie ayer. Supuse que te lo había dicho.

La sonrisa de Jane quedó estática. Bebió de su taza de café con las manos aquejadas de un temblor nervioso. Rebecca se empezó a preocupar en serio. Sus sobrinas le habían comentado acerca de los ataques nerviosos que le daban a su mejor amiga, pero nunca había tenido la mala suerte de presenciar uno y tampoco quería hacerlo.

- Jane, ¿te encuentras bien?

La aludida levantó la vista con lentitud y le respondió como si estuviera meditando cada una de sus palabras para no parecer desquiciada:

- Sí. Creo que algo que comí en la mañana me cayó algo mal. No te preocupes- Apretó la servilleta en su mano- Y, ¿cuándo piensas irte para allá?

- Mañana mismo. Tengo todo lo que necesito en una bodega. Pienso ir temprano a buscar mis cosas e irme de inmediato.

- Y, ¿estás segura de que Helen va a permitirle a Bruce tenerte en su casa? 

- ¿A qué te refieres?

- Vamos, Becca- le dijo como si no pudiera creerle lo que estaba preguntando- Tú sabes que a Helen no le caes muy en gracia y que si fuera por ella te eliminaría de cualquier registro que las conecte. 

- No le quedará de otra. Bruce ya me aceptó con él y no tiene opción de negarse.

Jane se quedó mirándola con suspicacia y Rebecca se dio cuenta de que había metido la pata. Giró la cabeza en otra dirección, pero no podía quitarse de encima la penetrante vista de su amiga. 

- ¿En qué descubriste a tu querido hermano? 

- Yo no...

- Rebecca, por favor. Yo siempre supe que tenías un conocimiento mucho más profundo que yo de la relación entre Bruce y Helen. Y no trates de negarlo.

- Si siempre lo supiste, ¿por qué nunca me lo recriminaste?, ¿por qué nunca me exigiste una explicación? 

-Entiendo a la perfección de que por más que se haya comportado contigo de peor o igual que conmigo, sigue siendo tu familia. Quieras o no, siempre lo protegerás, como él lo hará contigo.

Se quedaron las dos en silencio. Rebecca tenía su cabeza hecha un torbellino de pensamientos. Quería responderle a Jane y decirle que sus conclusiones eran erróneas. Que ella no había querido contarle sobre la vez que había encontrado a su hermano y Helen juntos en la oficina para proteger a ella y a sus sobrinas, pero nunca se le había pasado por su cabeza un motivo distinto ¿Y si en realidad había tratado de proteger a Bruce?¿Era eso posible? Llevaba más de la mitad de su vida hablando pestes de él y en más de una ocasión lo único que le había deseado eran todo tipo de calamidades imaginables e inimaginables. Le parecía una locura, pero ¿era posible que en realidad le tuviera algo de aprecio a la basura que tenía por hermano?

- Tengo que irme, Rebecca. Tanta juventud me repele- dijo Jane a modo de despedida.

 Tomó su bolso y se fue del lugar, dejando a su amiga ensimismada en sus ideas.

*           *            *

- ¿Aló?

- Helen, soy yo. Jane.

Un silencio algo largo se percibió desde el otro lado de la línea. Aprovechó ese momento y comprobó si alguna de sus hijas se encontraba cerca. Lo más probable es que Emilie se encontrara en su pieza durmiendo y Rosie estudiando para algún examen. 

- Ahora sí... ¿Qué es lo que quieres? Pensé que habías dicho que no me hablarías más.

- Pues cambié de parecer. Tengo cierta información que puede ser de tu interés.

- Habla entonces.

Jane esperó un par de segundos antes de decir lo que había averiguado. Esa mujer había sido la causante de todos sus males a gran escala. No podía quitarle mérito al idiota de su ex-esposo, pero eso no la hacía menos responsable. La sola idea de lo que podía hacer Helen Gertz enojada era imposible de rechazar. Sabiendo que se arrepentiría más tarde se lo dijo:

- Estuve hablando con tu querida cuñada y me dijo que se iría a vivir con ustedes.

- Veo que te enteraste de la gran noticia- dijo con un dejo de fastidio- pero eso, ¿de qué me sirve?

- Si hay alguien a quien Bruce no soporta en todo el mundo es a su hermana. Menos la tendría  viviendo bajo su mismo techo. La única forma para que él la acepte consigo es que ella sepa algo que lo pueda perjudicar.

- Lo está chantajeando- murmuró Helen para después añadir- Eso no es típico de hermanos.

- Las relaciones familiares nunca han sido una prioridad en la familia White, Helen. Creí que ya lo tendrías más que claro. 

- Supongo que tendré que agradecerte. 

- Dame las gracias cuando Bruce esté sufriendo aunque sea un poco de nuestro infierno.


Las Mujeres de WhiteWhere stories live. Discover now