Encuentro a Toda Velocidad

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El rugido de los motores llenaba el aire de Indianápolis

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El rugido de los motores llenaba el aire de Indianápolis. El paddock estaba vivo con la energía de los mecánicos que ajustaban los últimos detalles en los autos y los periodistas capturaban buscando cada instante. Valentine, con su mirada resuelta y paso decidido, recorrió el lugar absorbiendo cada sonido y detalle a su alrededor. Las conversaciones se entremezclaban con el chirrido de las herramientas, creando un concierto mecánico que era tan familiar como emocionante.


A su lado, Sophia repasaba un resumen de la agenda en voz baja, pero Valentine solo escuchaba a los medios. Había estado esperando este momento, no solo por lo que significaba para Stark Industries, sino por lo que significaba para ella. Sentía el peso de su apellido, pero también la chispa de curiosidad y algo más... una emoción que no había sentido en mucho tiempo.


De repente, el sonido característico de un motor acelerando capturó su atención. Valentine giró la cabeza y lo vio: Pato O'Ward, sentado en su auto de carreras, ajustando los guantes y preparándose para salir a la pista. Habían cruzado unas pocas palabras la vez pasada, pero algo en él había dejado una impresión duradera en ella. Sus ojos se encontraron por un instante antes de que él, con una sonrisa confiada, le hiciera un pequeño gesto de saludo. Valentine sintió un nudo en el estómago, una mezcla de nerviosismo y emoción.


—Val, tenemos que estar en la carpa de prensa en cinco minutos —recordó Sophia, tocándole ligeramente el brazo.


Valentine asintió y se obligó a apartar la vista. Sin embargo, mientras avanzaba hacia el lugar designado, el sonido de los autos arrancando y la visión de Pato en la pista se quedaban con ella. Había algo especial en todo esto, algo que iba más allá del simple patrocinio.


En la carpa, las preguntas de los periodistas eran un mar de curiosidades sobre la estrategia de Stark Industries y su interés en IndyCar. Valentine respondió con la calma y seguridad que Tony le había enseñado, pero cada vez que escuchaba los motores rugir afuera, una parte de ella se sentía impaciente por estar más cerca de la acción.

Velocidad y Herencia: El Legado de Valentine StarkWhere stories live. Discover now