Capítulo 7

10 0 0
                                    

PERCIVAL

Vladimir está demasiado contento por reencontrarse con sus viejos amigos y el verlo así me pone demasiado contento también. Es bueno verlo feliz después de la muerte de su hermano y de su cuñada.

He decidido darles un poco de espacio para que hablen con tranquilidad, es por eso que he venido al jardín del palacio para pasar el tiempo.

Estoy paseando tranquilo entre las diferentes flores de colores que la señora Tepes plantó, es un ambiente realmente relajado que me hace sentir muy bien.

Sigo caminando por el jardín hasta llegar a la fuente, tomo asiento tranquilamente sobre ella y me dispongo a observar el alrededor mientras que la suave corriente de aire golpea mi rostro.

—Así que aquí te habías metido —a lo lejos puedo ver a la madre de Vladimir acercándose con una sonrisa en el rostro.

—Señora Katrina, me alegra verla.

Ella llega y se pone a mi izquierda.

—Vladimir aún sigue hablando con Luna y con Lucien, está muy contento de verlos.

—Lo sé, me da demasiado gusto también verlo así —contesto con sinceridad —. Se lo merece.

—¿Tú cómo te encuentras últimamente cariño? Vladimir me comento que has estado un poco preocupado en estos días.

—No es nada señora Katrina, solo he tenido un sueño raro eso es todo.

—¿Estás seguro cariño?

—Si, por favor no se preocupe.

—Percival, si algún día necesitas hablar de algo, sabes que puedes contar conmigo en cualquier momento.

—Le agradezco mucho.

—Tú ya eres parte de esta familia Percival, eres como un hijo más para Mircea y para mi.

—Ustedes siempre ten amables conmigo.

—Eres el futuro rey cariño, eres el hombre que hace feliz a mi Vladimir y por eso eres especial para cada uno de nosotros, por eso te queremos.

—¿Dijo futuro rey?

—Claro —la veo asentir —. Ahora Vladimir y tú son pareja, pero más adelante su relación puede llegar a evolucionar. Pueden llegar a casarse como todos nosotros esperamos, entonces eso te hará rey también.

—Pero... soy un hada. Yo no tendría por que ser rey.

—Veronica se casó con Silas siendo humana, y aún así se le dio el título que le correspondía por ser esposa de mi hijo. Contigo no tiene que ser diferente Percival.

Casarme con Vladimir, aún que nunca lo hemos hablado el hecho de tan solo pensarlo provoca un sin fin de emociones en mi.

Me hace preguntarme ¿Cómo seríamos?

—Ya quiero que llegue ese momento —comenta emocionada la ex reina de los vampiros —. Serían la pareja de esposos más linda, su amor se nota a kilómetros Percival.

Miro a la ex reina y le sonrió.

—Y no puedo esperar que me den nietos.

—¿Nietos? —mis mejillas comienzan a arder.

—Claro, así como Silas y Veronica me dieron a Blakgelus, Alaric y Sebastián a Esther ustedes dos también me tienen que hacer abuela.

Hijos con Vladimir, suena como la idea más hermosa del mundo. El formar una familia propia sería un sueño hecho realidad, especialmente para mí debido a que toda mi familia está muerta.

—Sería la abuela más feliz de todas, quiero demasiados nietos a quienes consentir demasiado. Ya también le he expresado mi sentir a mis hijas, quiero que encuentren dos buenos hombres con los que sean felices —me mira —. Pero... lo importante aquí son ustedes dos, serían unos padres verdaderamente increíbles. Ambos son buenos de corazón y serian un gran ejemplo a seguir para un hijo.

—Estoy de acuerdo con eso —la voz de Vladimir se presenta en el lugar.

Miro hacia el frente y me encuentro con el vampiro, él nos está viendo a su madre y a mi con una sonrisa.

—Cariño ¿Has escuchado nuestra conversación?

—Completamente madre, y no te preocupes tu sueño se hará realidad —le responde Vladimir.

Las palabras de su hijo hacen que la ex reina se emocione aún más, ella se despide tiempo después de nosotros dos y nos deja a solas.

El vampiro se me acerca y toma asiento junto a mi.

—Si me gustaría —dice.

Volteo hacia él y ambos cruzamos nuestras miradas.

—El formar una familia contigo, sería lo más hermoso que me podría llegar a pasar en toda mí inmortal vida.

—A mi también me gustaría —respondo con sinceridad.

El vampiro me sonríe y toma mi mano.

—¿Qué pasó con Lucien y con Luna?

—Se están instalando en sus habitaciones, se quedarán un tiempo con nosotros en palacio.

—Que bien.

—¿Tú cómo estás? Aún... ¿Aún estás nervioso?

Niego con la cabeza.

—No, ya no —le digo al vampiro —. Me he estado calmado un poco, espero que siga así.

—Me alegro, no me gusta verte nervioso o asustado, me quiebra por completo verte así.

Recargo mi cabeza sobre el hombro del inmortal.

—Siempre quiero que sonrías amor, que seas feliz cada momento, quiero procurarte demasiado para que lo seas.

—Vladimir... ya soy feliz, tú me haces feliz. El tenerte cada día a mi lado me da alargaría. No necesitas procurarme.

—Si, lo necesito. Eres mi hombre, el que será mi rey —me dice —. Mientras yo esté contigo Percival, haré de todo para tú te encuentres bien y contento.

Sus palabras... siempre tan sinceras, sus palabras llenas de amor y protección siempre me provocan una sensación cálida y agradable.

—Te amo vampiro.

Él me envuelve con sus brazos de una manera bastante protectora.

—También te amo hada, siempre lo haré.

Príncipe Vampiro: Descendiente Del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora