-Y cualquier cosa que necesites no dudes en llamarnos, ¿vale, Martin?- me dice la madre de Juanjo mientras me abraza como si uno de sus hijos fuera.
Hoy es 31 de diciembre, y tras haber pasado prácticamente una semana en Magallón, todos tenemos que volver a Madrid, pues hace cosa de un mes que todo nuestro grupo de amigos decidimos que sería buena idea pasar el año nuevo juntos. Ha sido una de las mejores semanas de mi vida. Hemos hecho de todo, desde jugar en el patio trasero de la casa de la abuela de Juanjo como cuando éramos niños pequeños, a cocinar una tarta o visitar el Moncayo, un monte cercano al pueblo que estaba cubierto de nieve. Además, un día vinimos a Zaragoza, donde pude hablar con mi hermana con más tranquilidad. Esta me dijo que mi madre no quería saber nada de mí y que estaba muy decepcionada con cada una de mis decisiones. No voy a mentir y decir que no me dolió, porque si lo hizo, pero asumí que no voy a perder el tiempo en intentar tener relación con alguien que no quiere saber nada de mí. Lo importante es que tengo a las personas que quiero a mí alrededor, aunque no sean mi familia. Además, mi hermana, la única persona de mi familia a la que realmente quiero, me ha prometido que bajará algún fin de semana a Madrid.
Ahora estamos despidiéndonos de los padres de Juanjo y Ruslana, los cuales me han tratado como a su propio hijo y me han hecho sentir parte de la familia. Les estaré eternamente agradecido.
-Muchas gracias por todo.- les agradezco de corazón una vez que me separo.
-No es por ser aguafiestas- comienza Ruslana- Pero vamos a perder el tren si no nos vamos ya.
Miro la pantalla de la estación y es verdad que en menos de cinco minutos sale nuestro tren, por lo cual echamos a correr por el lugar en busca de nuestro vagón correspondiente. No sé cómo lo hacemos que siempre llegamos con el tiempo justo al vagón.
-Ufff- resopla Juanjo, tirándose junto a mí.- Por los pelos.
-Y que lo digas.
-Estoy muerto- me susurra, acurrucándose contra mí hombro.- Y hace mucho frío- Pasa su brazo sobre mi cintura, acurrucándose más si es que eso es posible.
Me río ante lo mono que me está pareciendo ahora mismo.
-Pero si tú siempre tienes calor.
-Pues ahora no. Tengo mucho frio, y tú estás calentito.
Paso mi brazo por sus hombros, cerrando los ojos para intentar dormir algo. Si que es verdad que estos días entre una cosa y otra no es que hayamos dormido demasiado.
-Que puto asco, ni cinco minutos aguantáis separados, chaval.- nos dice Ruslana, haciendo que abramos los ojos.
-Déjanos, Rosana. No es nuestra culpa que estés más sola que la una.- contesta Juanjo, volviendo a cerrar los ojos para dormir.
Esta nos saca la lengua para sentarse en su asiento, que está justo frente al mío.
Consigo dormir una hora, pero no mucho más debido al traqueteo del tren y que, tal y como Juanjo afirma, hace mucho frío. Como mi novio sigue dormido y no quiero despertarle, saco el móvil de mi bolsillo intentando moverme lo menos posible. Al encenderlo, me encuentro con algunos mensajes de amigos de la uni, de mi hermana y del grupo que tenemos todos.
Friends 4ever
Mayomayito: *foto*
Mayomayito: ya estamos de vuelta.
En la foto salen él y Violeta ya en el apartamento.
Vio: todo en orden
Beus: llego en 5m
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Entrevistándote a besos - Juantin
RomanceMartin comienza su segundo año de periodismo con la misma ilusión que el anterior. A eso se le suma que sus padres, finalmente, le han dejado ir a la escuela de baile de sus sueños. Lo que no se espera es reencontrarse con su amor platónico de la in...